2 Timoteo 2:1-4 NTV: “Timoteo, mi querido hijo, sé fuerte por medio de la gracia que Dios te da en Cristo Jesús. Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros. Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó.”
Hemos aprendido que sin la dulce influencia de la gracia que Dios nos ha dado en Cristo es imposible limpiar la habitación de nuestro ser, es a través de ella que siempre podemos volver a nuestro punto de inicio: la cruz. Una vez entendemos lo maravilloso de este regalo, podemos reconocer que la Gracia que Dios nos da en Cristo es una FUENTE DE PODER. Es como la toma de electricidad para algo funcione. La gracia es la fuente de poder para ayudarnos en nuestro andar en Cristo, es nuestra recarga para dar la batalla, para soportar el sufrimiento que, como buenos soldados vamos a tener mientras estamos en la guerra.
En este capítulo Pablo da una orden a Timoteo y es, transmitir el mensaje que ha recibido. No se trata de replicar uno de sus sermones, se trata de: “enseña estas verdades”, enseñar la doctrina que había recibido durante mucho tiempo, un mensaje poderoso respaldado por el testimonio de aquellos que habían sido transformados: “confirmadas por muchos testigos confiables “. Si bien, estamos llamados a compartir las Buenas Nuevas de salvación a otros para que conozcan La Verdad (Cristo), también estamos llamados a dar fruto en todo lo que hemos recibido y empezar a enseñar a otros de dónde vienen nuestras convicciones. Recordemos que el estanque que sólo recibe agua y no la deja fluir, se convierte en un pantano donde no fluye la vida.
Este no es un mandato sólo para los líderes o pastores, es un mandato para toda la iglesia del Señor. Jesús enseñó a sus discípulos para que ellos también levantaran otros discípulos: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones… y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” Esta tarea tiene un tiempo demarcado (mientras estemos en este mundo) y una promesa: “…yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20)
La guerra contra las huestes del mal y el príncipe de este mundo siempre va a dejarnos huellas, aquel que está en el frente de batalla es natural que tenga heridas, pero ese sufrimiento se vive como lo viven los soldados, quienes deben ser fieles a quien los ha llamado a sus filas hasta el punto de dar la vida. Un buen soldado, está sometido a la autoridad de su comandante, las palabras que recibe de su autoridad son las que lo inspiran a cumplir con su tarea.
La vida de un buen soldado demanda sacrificio, la renuncia a la vida civil, la que “la gente normal” lleva. Un buen soldado renuncia a lo cotidiano y se entrega a la milicia totalmente, no puede estar entre lo civil y su servicio, sino que rinde su vida a aquel que lo ha reclutado, “no podría agradar al oficial que lo reclutó”. La deserción del servicio militar es un grave delito, la biblia claramente nos enseña que es algo que desagrada a Dios (Hebreos 10:38), mientras que aquellos que vencen, reciben su galardón al final de la guerra. Nosotros, como buenos soldados de Cristo, tendremos la recompensa más maravillosa, rendir nuestras coronas de victoria ante los pies de Jesús en adoración. Es nuestra decisión llegar a ese momento con las manos vacías o tener algo que rendir a sus pies.
Tiempo de Hablar con Dios: Bendito Redentor, sólo a Ti damos gloria, honra y poder. Te pido perdón si en algún momento he querido renunciar a guerrear en tus filas, o si he preferido llevar una vida normal en el mundo en lugar de escuchar el llamado a hacer parte de poderoso ejército. Ayúdame bendito Espíritu de Dios, si el miedo ha querido ahogar mis ganas de pelear la batalla, quiero recargarme siempre en la fuente de poder de Tu gracia para ser tu mejor soldado y traer a otros a tus filas. Amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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