2 Timoteo 2:11-13 NBLA: “Palabra fiel es esta: Que si morimos con Él, también viviremos con Él; Si perseveramos, también reinaremos con Él; Si lo negamos, Él también nos negará; Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse Él mismo.”
Todos en algún momento hemos escuchado sobre el principio o la ley de Causa y Efecto, donde la causa es el motivo, el fundamento o el origen y principio de algo. Cada acción que realiza un hombre, generalmente está motivada o se deriva de alguna influencia que lo impulsa a actuar de determinada forma. El efecto es el resultado, fin o consecuencia de lo que se deriva de una causa, entonces esta ley se basa en la idea de que toda acción provoca una reacción, una consecuencia o un resultado.
La biblia, un libro inspirado por el Espíritu Santo, como siempre va a la delantera de los estudios filosóficos y científicos, y aquí entre el 64 y 65 d.C. Pablo nos habla de este principio a través de un corto poema relacionado con el tema que viene tratando: el sufrimiento del creyente, en este caso, el sufrimiento al que podría estar expuesto Timoteo al continuar la obra del Señor, así como Pablo estaba sufriendo en prisión por causa del evangelio.
Lo primero que nos dice este poema es que, lo que señalan sus palabras es algo fiel o digno de confianza. “Fidelidad” es un rasgo del carácter de Dios, en el hebreo hace alusión a la palabra “EMET”, una expresión no traducida que significa “es verdad”, muy similar a una palabra que utilizamos casi a diario: Amén. Cuando utilizamos esta palabra para referirnos al carácter de una persona hacemos referencia a dos cosas importantes: estabilidad y confiabilidad, alguien firme y digno de confianza. Recordemos entonces el concepto que los grandes patriarcas tenían acerca de Dios, por ejemplo, Abraham, quien creyó en un Dios que le hizo una promesa, porque era digno de confiar y en efecto le cumplió. Entonces, estas palabras son dignas de confianza, porque vienen de un Dios cuyo carácter es fiel, por tanto, se cumplen.
Ahora bien, de esta palabra fiel (que es confiable, es verdad), tenemos 4 causas o motivaciones para actuar de determinada forma y sus efectos:
- “Que si morimos con Él, también viviremos con Él”. Aunque en esta oportunidad, creo que Pablo hace mención a su sentido literal, de dar nuestra vida por Cristo, cosa que no debe estar lejos de nuestros pensamientos, podemos también aplicarlo a nuestro andar diario. Aquellos que asumen el reto de confiar y seguir a Jesús, muriendo a sí mismos, y afrontando las consecuencias de una vida que muere al mundo, que muere a sus deseos, y que muere literalmente por la causa del evangelio, tiene un efecto. Porque cada vez que morimos, más de Cristo vive en nosotros y si por él morimos, con él nos encontraremos en el cielo y viviremos junto a él.
- “Si perseveramos, también reinaremos con Él”. Aquellos que asumen el riesgo de confiar y seguir a Jesús Dios promete reivindicación y vida. Cuando Dios nos habla de perseverar hace referencia a todos los ámbitos de nuestra vida. No sólo seguir o continuar en la fe, sino en las buenas obras, en la intimidad, continuar en la búsqueda de su conocimiento en la palabra, SEGUIR SIN DETENERNOS. El efecto es que reinaremos con Él (1 Corintios 6:1-2).
- “Si lo negamos, Él también nos negará”. Aquellos que deciden negar y rechazar al Señor, él honra esta decisión, por tanto, actuará de la misma forma.
- “Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse Él mismo”. Hemos visto que la fidelidad es un rasgo del carácter de Dios, por tanto, él no actuará contrario a su carácter. Así que, aunque por la razón que sea decidamos ser infieles, habrá un efecto inquebrantable, a pesar de la infidelidad de la humanidad, de su pueblo, de su iglesia, él permanecerá fiel, porque Él es fiel, y siempre lo será.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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