2 Timoteo 2:14-16 NTV: “Recuérdales estas cosas a todos y ordénales en presencia de Dios que dejen de pelearse por palabras. Estos altercados son inútiles y pueden destruir a los que los oyen. Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad. Evita las conversaciones inútiles y necias, que solo llevan a una conducta cada vez más mundana.”
Las palabras de Pablo están dirigidas hacia el trabajo de liderazgo de Timoteo y tienen que ver con un problema reiterativo en los creyentes de Éfeso: el fruto de sus CONVERSACIONES. Su intención es enseñarle cómo ser útil en el evangelio, lo que nos lleva a encontrar un consejo muy práctico de Dios, y que nos es necesario atender con urgencia para ser útiles en su obra.
En esencia lo primero es: “recuérdales a TODOS”. Dios hace énfasis en algo muy sencillo, pero de vital importancia: atesorar la palabra y las enseñanzas que hemos recibido, por lo que no es necesario pensar: ¿estoy llevando un registro de todo lo que recibo de parte de Dios? ¿Medito constantemente en ello y en lo que dice la palabra de Dios para no olvidarlo? Cuando hacemos de este ejercicio un hábito, no es más fácil recordar y tener presente lo que Dios nos enseña, de tal forma que, al enfrentarnos a la realidad, en el contexto que sea, nuestro entendimiento esta dirigido por el Espíritu Santo para discernir si lo que estoy escuchando proviene de Dios, si es conveniente replicarlo, si me edifica y edifica a otros, y si me tomo el tiempo para tratarlo (hablar de esto) o simplemente debo desecharlo.
Los creyentes de Éfeso estaban teniendo conversaciones que estaban cambiando de tono y convirtiéndose en altercados, discusiones, peleas, que en ninguno de los casos conducían a una edificación, pero si a su destrucción y peor aún, la de otros creyentes y aquellos que deberían escuchar más bien las Buenas Nuevas de Cristo. Esta situación tenía cargado el corazón de Pablo, pues ésta es una reiteración de su primera carta (1 Timoteo 6:3-5), donde hace mención de las personas que todo lo están cuestionando.
Hoy en día es muy fácil exponerse a este tipo de conversaciones, basta simplemente exponer nuestro punto de vista frente a algún tema y de inmediato nos llueven críticas y juicios. Pero aquí no se trata de no hablar, o de no argumentar fundamentados en la palabra de Dios y guiados por el Espíritu frente a los preceptos bíblicos, se trata de evitar caer en círculos de discusión que no llevan a ningún lado y que no tiene ningún provecho distinto sino alimentar los egos personales. Basta con estudiar la vida de Jesús para comprobar que jamás se enfrasco en conversaciones inútiles a pesar de enfrentarse a los más doctos y preparados teólogos de la época, él estuvo frente a líderes religiosos y gobernadores, expuso la palabra del Padre, pero jamás entró en una discusión vana.
¿Cuáles son las conversaciones inútiles? Pues bien, inútil no es sólo algo que no sirve para nada, pero si quita tiempo y ocupa espacio, también como adjetivo implica algo que no te deja o te impide trabajar. Quizá pensemos que esto es algo sencillo de corregir, pero no es así, puesto que Pablo lo está reiterando. Las conversaciones que tenemos actualmente no sólo son presenciales, el lenguaje en redes sociales también es una forma de comunicarnos. Tenemos acceso a mucha información que puede hacer que nos detengamos a pensar y discutir en temas que realmente son inútiles y lo peor de todo es que los que nos observan o escuchan se apartan de nosotros, si nos enfrascamos en algo que no edifica, ¡mucho menos va a bendecir a otros! Esto nos impide ser buenos obreros y tener la aprobación de Dios. Recuerda, el hombre es amo de lo que calla y esclavo de lo que dice.
“El propósito de mi instrucción es que todos los creyentes sean llenos del amor que brota de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera; pero algunos no lo entendieron. Se desviaron de estas cosas y pasan el tiempo en debates sin sentido.” (1 Timoteo 1:5-6 NTV)
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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