2 Timoteo 2:8-10 NTV: “Siempre recuerda que Jesucristo, descendiente del rey David, fue levantado de los muertos; esta es la Buena Noticia que yo predico. Debido a que predico esta Buena Noticia, sufro y estoy encadenado como un criminal; pero la palabra de Dios no puede ser encadenada. Por eso estoy dispuesto a soportar cualquier cosa si esta traerá salvación y gloria eterna en Cristo Jesús a los que Dios ha elegido.”
Una norma muy importante al momento de conducir un vehículo, es conocer y leer las señales de tránsito; desconocerlas o hacer caso omiso de ellas puede desencadenar muchas cosas como perder el rumbo, no encontrar el lugar de destino, tardar más tiempo en un recorrido o inclusive ocasionar un accidente que puede ser fatal.
Mientras recorremos la vida con Cristo y vamos por la ruta que él nos ha trazado, es seguro que tendremos que atravesar carreteras de sufrimiento, la biblia no nos esconde esta realidad. Pablo nos enseña que las dificultades y el sacrificio son inherentes a una vida cristiana comprometida. Sin embargo, hay un aviso que aparece muchas veces durante el camino: “Siempre recuerda que Jesucristo…” o “Acuérdate de Cristo” según la Reina Valera 1960.
Pablo conoce de primera mano lo que es atravesar la carretera del sufrimiento, está enfrentando las cadenas de la prisión y con la muerte respirándole de cerca, pero se apoya en una fuerte convicción: la obra no depende de un hombre y su condición, él puede estar encadenado pero el mensaje de la palabra no tiene cadenas que puedan amarrarlo y detenerlo. Él recuerda una verdad poderosa que lo mantiene inspirado en medio de su dolor: CRISTO RESUCITÓ, así como la muerte no pudo detenerlo, su propia muerte no podría detener la trayectoria de esta verdad, el mensaje de salvación trasciende cualquier barrera, no hay nada que pueda interrumpir su trayectoria.
“Porque: toda carne es como la hierba y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae, más la palabra del Señor permanece para siempre.” (1 Pedro 1:24-25 RVR95)
Bajo esta perspectiva necesitamos entender que, si nuestro sufrimiento presente por causa de la obra de Cristo va a dar fruto de salvación en otros, vale la pena soportarlo. Somos como la hierba que se seca, pero la verdad de Cristo resucitado permanece.
El más grande ejemplo de compromiso con el Padre lo tenemos en Cristo, quien fue sometido a los más profundos sufrimientos por causa de nuestro pecado. Predicar esta verdad era la pasión de Pablo y debe ser la nuestra, porque es más valiosa que nuestra propia vida, “Por eso estoy dispuesto a soportar cualquier cosa si esta traerá salvación y gloria eterna en Cristo…”
Por tanto, si llevo una vida de compromiso con Cristo y estoy pasando por un valle de sufrimiento y dolor, Su palabra que es la luz de mi camino me dice hoy: recuerda que tienes el privilegio de identificarte con Cristo y su dolor, recuerda que Jesucristo murió por ti, recuerda que resucitó, recuerda que él lo dio todo por amor, ¡recuerda! Esta es la señal que voy a ver mientras recorro este camino…
Tiempo de Hablar con Dios: Amado Jesús, bendito eres por los siglos. Hoy, quiero atender a la señal que pones en mi camino. Quiero agradecerte por todo el dolor, la soledad y el sufrimiento que soportaste por mí, pagaste el precio más alto por tu compromiso con el Padre para darme vida. ¡Venciste a la muerte! Testificar de esto y hacer que otros lleven tu mensaje es la razón de mi existir, tu eres la inspiración y el verdadero motivo para vivir y para morir. Ayúdame a serte fiel y vivir comprometido contigo hasta el final. Amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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