Adoptemos el Carácter y la Actitud de nuestro Padre
1 Timoteo 6:3-10 RVR1960 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”

Todo aquello que contraría la palabra de Dios proviene del mal. No existe termómetro más exacto que la doctrina que es conforme a la Piedad, la cual es el medidor, la balanza del bien y del mal. En este Pasaje el Apóstol Pablo le advierte a Timoteo que el carisma, la empatía, la habilidad y el talento jamás podrán prevalecer ante la sana palabra del Señor Jesucristo, pues vanos e ignorantes son los que con palabrerías de falsa doctrina tratan de enseñar al pueblo de Dios.

Cuando la palabra de Dios dice en Mateo 7:15-28 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.  No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.” Nos indica que compartir una insana doctrina terminará siempre en un mal fruto; aflorando en nuestros corazones y en consecuencia envidias, blasfemias, malas sospechas, disputas necias y demás actitudes en contra de nuestro Dios y nuestro hermano.

El Apóstol Pablo escribía estas cartas a Timoteo en una época donde sus fuerzas físicas menguaban y el ataque a la iglesia crecía cada vez más, por eso le da lo necesario para detectar las maquinaciones del enemigo en medio de la casa de Dios, animándole a permanecer en lo fundamentos doctrinales que garantizan el fruto apacible de justicia para Cristo.

Hermanos, no solo se trata de compartir, se trata de compartir la buena palabra de Dios, sin añadirle ni quitarle, pues escrito está en Apocalipsis 22:18-19: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.  Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

La conclusión es básica, predicar la sana doctrina de Cristo, nos lleva a saltar de lo teórico a lo práctico, por el contrario, enseñar fabulas lleva a una vida hipócrita y vana. Iglesia, reflejar el carácter de Cristo en nuestras relaciones implica dar el fruto de la semilla de su palabra en nosotros, teniendo en nuestra boca las palabras y en nuestras manos la acción que mi semejante necesita para ser levantado en el camino de la fe, instruyendo, exhortando en amor, no por ganancia, sino por misericordia.

Nuestra oración hoy debe ser que como consecuencia al buen alimento que recibimos cada día en nuestra Casa de Refugio, todo lo que contamina nuestro compartir en el Señor sea quitado, dándole el centro a quien lo merece, a Cristo el redentor; pues así no habrá lugar a fruto de codicia, envidia, malicia, murmuración o blasfemia.  
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio FJCG
#MiMetaEsCompartir

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