Amistad de Corazón a Corazón Delante de Dios
Es conocida en la palabra de Dios la enemistad del rey Saul hacia David, al punto de perseguirlo y querer su muerte; sin embargo, el hijo de Saul, Jonatan, establece una amistad con David, entendiendo que no había razón para que su padre le persiguiera. En una conversación abierta, sincera e íntegra, Jonatan y David establecen un pacto de amistad que se describe en estos versos:

1 Samuel 20:12-17 RVR1960: “Entonces dijo Jonatán a David: ¡Jehová Dios de Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado a mi padre mañana a esta hora, o el día tercero, si resultare bien para con David, entonces enviaré a ti para hacértelo saber. Pero si mi padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre. Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre.

Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David. Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo.”

Hay momentos en la vida en los que necesitamos ser ayudados o ayudar. Me llena el alma saber que la amistad en Dios si existe. Aunque vivimos tiempos donde hay desconfianza hacia los amigos, hasta los amigos en Cristo. En estos versos se describe una amistad muy profunda, donde encontramos, lealtad, amor, integridad, hermandad, fraternidad y un amor profundo que traspasa generaciones; David fue ayudado, pero si vamos más adelante en esta historia de amistad, David salva al hijo de Jonatan, Mefiboset.

Tuve una gran amiga que fue mi pastora por muchos años, en vida fuimos muy cercanas, tuvimos muchas conversaciones profundas y delicadas, y ahora que ella ya no está, procuro cuidar de sus hijos con el mismo amor y la misma lealtad e integridad que tuve por ella en vida. Asimismo, esta delante de Dios mi corazón para brindar a mis amigos una amistad profunda, tan profunda y amorosa que puedo orar por ellos, por sus asuntos como si fueran míos y estar dispuesta a servirles, ayudarlos con profundo amor y cuidado, así como Dios cuida de mí.

Devocionales, Refúgiate en Su palabra, Casa de Refugio (EA)

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