(Devocional a dos voces)
En este capítulo nos narran cómo Jesús designa a setenta y dos discípulos y los envía de dos en dos a las ciudades y lugares a los que él mismo planeaba ir, pero como sabía que su tiempo se acercaba les da instrucciones específicas para proclamar el reino de Dios y sanar a los enfermos, instruyéndolos a depender de la hospitalidad de la gente y a sacudir el polvo de sus pies si no eran recibidos, como señal de que ese pueblo decidió rechazar el mensaje. Los discípulos regresaron con alegría al ver que los demonios se someten en el nombre de Jesús, pero él les recuerda que su mayor gozo debe ser que sus nombres están escritos en el cielo. Al final Jesús agradece al Padre por revelar la verdad a los humildes y declara que sus discípulos son bendecidos por ver y oír lo que muchos desearon conocer.
Como saben este mes reflexionaremos sobre el valor de la amistad, hoy quería profundizar en este valor en nuestra relación dentro del matrimonio. Es hermoso ver cómo Jesús envió a sus discípulos de dos en dos en una misión de esperanza y transformación. Este acto nos recuerda que, en el matrimonio, Dios también nos llama a caminar juntos como amigos y compañeros de vida, enfrentando las pruebas y alegrías de la vida con unidad y amor.
Llevo 7 años de casada, y desde hace 1año y 3 meses vivo en la ciudad de Buenos Aires en búsqueda de un sueño, pero solo hasta hace 1 mes y medio mi esposo llegó para continuar este capítulo de nuestras vidas al que decidimos llamar ¡pasos de fe!. Y sí que lo ha sido, porque durante todo un año nos enfrentamos a momentos de soledad, depresión y desanimo, en el que nunca perdimos lafeque en algún momento volveríamos a estar juntos; por eso cuando a alguno de los dos nos invadía algún sentimiento negativo el otro lo levantaba con palabras de aliento y oración constante. Hoy nos conmueve de manera poderosa esta palabra; la importante misión que Jesús les encomendó, no solo la vemos como un llamado a la cooperación y al apoyo mutuo, sino también como una poderosa analogía de cómo debemos vivir y caminar en el matrimonio. Ser enviados juntos, como compañeros de viaje en la fe, es una imagen hermosa de la relación matrimonial, donde la amistad juega un papel fundamental.
Por esto consideramos que en el matrimonio, la amistad es el fundamento sobre el cual se construye una relación fuerte y duradera. Pensando en la misión de los setenta y dos, vemos a cada pareja como un equipo que enfrentan juntos las alegrías y los desafíos de la vida tal y como Jesús mismo advierte en el versículo 3 donde reafirma “… ¡presten atención! Porque los envío como corderos en medio de lobos.”, esto significa que la labor encomendada y el camino no eran fáciles; pero apoyándose mutuamente y caminando codo a codo, salen adelante en la misión que Dios les ha dado. Esta amistad es más que un simple compañerismo; es un pacto de apoyo, comprensión y amor incondicional.
La amistad en el matrimonio significa que NO estamos solos en este viaje. Dios nos ha dado a nuestra pareja para que seamos compañeros, confidentes y amigos. Al igual que los discípulos fueron enviados en parejas, nosotros también estamos llamados a apoyarnos mutuamente, a reír juntos en los buenos tiempos y a sostenernos en los momentos difíciles.
“La amistad en el matrimonio nos da la fuerza para enfrentar las tormentas de la vida y la alegría para celebrar las bendiciones”.
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio KGD/LSR
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