“Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Este es el primero y grande mandamiento.” (Mateo 22:37–38 RVR95)
Hace poco en una prédica nuestra pastora explicó esta escritura bíblica y su significado. Ese día me pregunté: ¿eso en términos reales como lo veo? Y vino a mí una revelación que había escuchado hace algún tiempo y quisiera compartirles.
¿El amor por Dios se prueba? ¡SI! es probado día a día. ¿Cómo? Cuando decides en tu libre albedrío lo que quieres o lo que sabes que debes hacer, por ejemplo, si sabes que debes levantarte de madrugada a buscarlo y prefieres alimentar tu carne y seguir durmiendo porque te sientes cansado, aun cuando sabes que Él da fuerza al cansado… Cuando comienzas el día así, ya lo comienzas autodeterminándote porque: ¿Cómo sabes que espera Dios de ti en este día si no recibiste instrucción en su palabra o en un momento de intimidad con Él? Si no lo escuchas, ten la seguridad de que a quien vas a escuchar es a tu cuerpo y tu carne pidiéndote lo que creen que te conviene, pero que está lejos de ser lo que Dios ha preparado, al final del día cuando algo sale mal y ni siquiera le hemos dado la oportunidad a la fuente de sabiduría de opinar sobre nuestra vida somos tan caras duras de echarle la culpa por lo sucedido. ¿les suena familiar?
El amor por Dios es probado también y creería yo que principalmente en el desierto. Amar a Dios en la bendición no es una demostración de amor real… sí nos da y sabemos que fue Él pues es casi natural amarlo, estar agradecidos y hasta sentir que estamos enamoradas de Él, pero cuando no nos da lo que esperamos y no tenemos mayores explicaciones, o más aún cuando pasamos por pruebas dolorosas, ¿lo amamos igual? Esa es la verdadera demostración de lo que hay en nuestro corazón; porque amar si todo está bien no requiere esfuerzo, amar cuando sufrimos, ¡amarlo sin saber por qué vivimos lo que vivimos y confiar en Él y en que lo que vivimos en su inmensa sabiduría fue lo mejor, es aquí donde nuestro amor es probado!
Cuando tenemos la oportunidad de rechazar lo que vivimos porque sentimos que no lo merecemos, cuando podemos culparlo a Él por nuestras desgracias, cuando existe una opción y es alejarse de Él y su gobierno porque no estamos de acuerdo con lo que nos está dando, cuando podemos renegar y no lo hacemos sino que aceptamos su voluntad, lo seguimos adorando, seguimos sirviéndole, nos aferramos a Él y le pedimos que no nos suelte y que se siga haciendo su voluntad por encima de la de nosotros, así no nos guste, nuestro amor fue probado y aprobado.
El amor por Dios es probado día a día y Él nos ve como espectador, y esto es algo que podemos entender las que somos padres, cuando vemos a un hijo interactuar, lo escuchamos con expectativa de lo que dirá o hará porque al final se pone a prueba lo que les hemos enseñado. Así quizás el Padre nos ve, observa cada cosa que hacen sus hijos y espera que en cada decisión de vida optemos por Él, por Su palabra, por esperar en la promesa, por Su voluntad, y Su amor no es probado porque es a prueba de todo, aún, a pesar de nuestra autodeterminación diaria y que con nuestros actos le digamos hoy me decidí por mí, por mi carne, por mis deseos inmediatos o aunque no le creamos muchas veces por satanás, Él renueva sus misericordias diariamente y diariamente nos da una nueva oportunidad de escogerlo a Él y el buen camino, ese que ya está preparado para nosotros desde antes de nacer y que nos lleva a un puerto seguro, el de Su voluntad que es buena, agradable y perfecta y perfecta significa que ¡no hay otra mejor!
2021 Año de Su Propósito – Casa de Refugio (GVO)
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