Me resulta muy llamativo que en el devocional pasado, el Señor me designara para enseñar sobre 2 de Timoteo 1, un capítulo donde Pablo le da sus últimas enseñanzas a Timoteo y le recalca el cuidado que debe tener de la apostasía y en este capítulo 4 de 1 de Timoteo, el tema principal sea justamente LA APOSTASÍA. Por supuesto no es casualidad, es un tema que el Señor quiere advertirnos de manera especial y que por lo tanto merece toda nuestra atención.
También me resulta llamativo ver el contraste de este capítulo 4 con el versículo final del capítulo anterior, es decir del capítulo 3, que es considerado como el credo doctrinal de la iglesia primitiva, donde se resalta la deidad del Señor Jesús, Su manifestación en la carne, Su paga por el pecado de la humanidad y Su justificación en el Espíritu, es decir, SU OBRA REDENTORA. Esto nos dice que el Apóstol primero enseñó la verdad para luego hablar del error, parece un tema menor pero no lo es, debemos primero dar fundamento sobre la verdad y luego advertir sobre el error y la mentira, en otras palabras, nuestra especialidad y profundidad no debe ser sobre “lo que no es”.
Ahora, el verbo apostatar, viene del griego «apartarse» o «permanecer lejos de». Apartarse sugiere un punto de partida, es decir, uno se aparta de algo donde ha estado antes. Los que apostatan son aquellos que en un tiempo profesaron la fe en Cristo, pero después intencionalmente se apartaron de ella, en otras palabras, no puede haber apostasía en el paganismo porque ellos nunca han profesado la fe en Cristo como su Salvador, lo que ubica la apostasía dentro de la iglesia, surge entre quienes profesan la fe en Cristo como Salvador y después se apartan de ella.
Voy a enfatizar apenas algunos versículos de nuestra lectura. El versículo 1 menciona la forma de llegar a la apostasía, la forma de apartarse de la fe en Cristo y es: escuchando a espíritus engañadores. Engañadores hace alusión a errantes, que van de un lado para otro, proviene de la palabra «vagabundo” o «seductor» y esto caracteriza muy bien a satanás, luego podríamos concluir que quien apostata de su fe en Cristo, es quien escucha espíritus satánicos, de hecho, el versículo finaliza diciendo “y a doctrinas de demonios”.
¿Cómo reconocer un espíritu engañador? 1 Juan 4:1nos dice que debemos probar los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. La prueba resulta muy fácil de aplicar, es aplicar el credo que vimos expuesto en el capítulo 3 de 1 de Timoteo, es reconocer que Dios fue manifestado en carne y justificado en el Espíritu, señalando con esto que el único camino de salvación es por medio de la muerte de Cristo. Por esta verdad podemos probar hoy las doctrinas de demonios. Por esto es tan importante intencionalmente profundizar en la verdad más que cualquier cosa y nuestra verdad es CRISTO CRUCIFICADO Y RESUCITADO. Sin desconocer el mundo espiritual, el mandato no es ser expertos en doctrinas de demonios, basta con tener las ideas claras al respecto y saber que debemos probar cada espíritu por medio de su reconocimiento de la deidad de Cristo y la justificación que es por la fe en el Señor Jesús y Su obra en la cruz.
El versículo 2 resulta muy fuerte cuando habla de hipócritas y mentirosos, los apóstatas fingen ser muy piadosos y muy religiosos como si fueran elegidos para conocer un secreto reservado para pocos, cuando la verdad nos hace personas muy humildes, precisamente porque reconocemos que es por Cristo que somos salvos y nuestra necesidad del Señor es continua.
La iglesia, en especial los llamados a ser maestros, tenemos la honrosa tarea de enseñar la Palabra de Dios y cuidar la sana doctrina que siempre tiene la cruz de Cristo como centro. Amada iglesia, estamos siendo advertidos, pero también preparados para vivir en estos tiempos finales, te animo para que compartas el mensaje de salvación, bajo la dirección del Espíritu Santo y la Palabra del Señor en nuestra boca.
Devocionales Refúgiate en Su palabra, Casa de Refugio. Mi meta es compartir.
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