ASOMBRO DE LA VERDAD

ASOMBRO DE LA VERDAD

“¡He aquí, yo vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.” (Apocalipsis 22:7-9 RVR1960)

Al final del libro con el que concluye el Nuevo Testamento, se nos expone ampliamente la descripción simbólica de los eventos futuros, encontramos un suceso del apóstol Juan y el ángel que le confirmaba lo verdadero de cada palabra que le había hablado. El ángel era un instrumento de Dios, usado para transmitirle a Juan el mensaje que debía darse a conocer a los creyentes con el propósito de traer esperanza frente a las injusticias y aflicciones de los últimos tiempos. Frente a esta maravillosa revelación, el apóstol Juan siente tal asombro que, sin pensar en más, se postra inmediatamente frente al ángel, lo cual no es una actitud que vaya conforme a las escrituras, por maravillosa que sea la verdad que recibamos mediante un siervo del Señor, no merece nuestra adoración, por agradecidos que estemos con su buen actuar y buen trato la adoración no les corresponde.

Nuestro corazón debe derramarse y humillarse frente a Dios, nuestra adoración y postración debe ser dirigida únicamente al Señor de señores, no a profetas, ángeles, santos, vírgenes, no a los apóstoles, jefes, imágenes, familiares o seres amados, la adoración debe ser exclusiva del único y Sabio Dios. El que merece altar, donde debe permanecer nuestro pensamiento, nuestra mirada, nuestra seguridad, la fuente de gozo, la fuente de nuestras fuerzas, el motivo de continuar haciendo el bien.

Dios quiere ofrecer una bendición a los creyentes que guarden las palabras de la profecía contenida en Apocalipsis, y en general, en toda su Palabra. Guardar su palabra es creer que todo lo que está escrito en ella es un mensaje, mandato e instrucción de Dios, aplicable no de manera parcial, sino de manera total a nuestra vida, lo que quiere decir que, TODAS las áreas de nuestra vida deben ser examinadas por Dios bajo la perspectiva bíblica. Adoraremos a lo que la palabra de Dios indica: A JEHOVÁ. Si confesamos que Él es nuestro Señor, a quien amamos y servimos, estamos confesando que toda nuestra vida le pertenece, entonces no hay área que este fuera de su control, esto tiene una garantía: Seremos bienventurados y nuestra eternidad la disfrutaremos junto a Él, adorándolo únicamente a Él.

¡Reflejemos nuestro asombro de su gran y maravilloso amor en Adoración a Él!

MALS – Casa de Refugio

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