Isaías 55:3 RVR1960:“Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.”
Como podemos analizar, el profeta Isaías trae al pueblo de Dios una palabra de aliento y esperanza, sabiendo la tristeza que sentían en su corazón, pero Dios le da una promesa para sostener su alma porque grande es Su fidelidad y amor, solo que a veces no podemos verlos por las crisis que pasamos.
Estar en sintonía con la voz de Dios, no significa que nuestros problemas se solucionen de manera inmediata, Dios nos habla a través de las escrituras y está en constante comunicación con el espíritu que lo busca en verdad, por eso una palabra de parte de Dios puede cambiar todas nuestras expectativas y es definitivo e importante el pasar tiempo escuchando Su voz y conociéndola.
¿Que nos impide escuchar a Dios? La Desobediencia, porque no acatamos las enseñanzas y su palabra, si verdaderamente inclinamos nuestra voluntad y orgullo para conocer a Dios, vamos a poder escucharlo cuantas veces sea necesario y poder así lograr su objetivo: REVIVIR NUESTRA ALMA.
Dios renueva el ánimo, nos sostiene y desea que nuestra alma se vivificada, al igual que la promesa de su gracia, la cual es eterna. Cuando no tenemos la forma, ni los medios de llevar a cabo la tarea encomendada, la voz de Dios nos susurrará diciendo: “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan” (Isaías 58: 11)
¡Amados! Escuchar la voz de Dios tal vez implique que tengamos que sacrificar cosas menos importantes de la rutina del día a día y desconectarnos de otras voces, pero debemos hacerlo porque nada en lo absoluto, es mas importante que escuchar la VOZ DE DIOS cuando nos habla.
Dios nos demanda obediencia ante su voz, porque esta demuestra nuestra fe y nos trae bendición, la cual se refleja en una vida fructífera. No siempre vamos a entender los mandatos del Señor, pero nuestra confianza hará que se cumplan sus promesas. Sabemos que la OBEDIENCIA glorifica a Dios y nuestra vida será de su agrado, entonces necesitamos permanecer en él. Jesús se refiere a sí mismo como la vid y a los creyentes como las ramas, Él dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5 RVR1960). Permanecer es obedecer, el creyente obediente lleva mucho fruto y la gloria de Jehová se derramará sobre él.
Para que Dios pueda levantar algo grande dentro de nosotros, es necesario que trabaje primero en nuestro interior, por eso determínate en este año ser buena tierra. El fruto, los resultados, las conquistas no dependen de las circunstancias o del grado de intelectual que tengamos, solo dependen de nuestra confianza en Dios y en su obra. Es tiempo de entrenar nuestros oídos para escuchar la voz de Dios, empecemos por nuestros corazones, dejemos que su palabra nos limpie, nos purifique y nos haga una nueva criatura.
Tiempo de Hablar con Dios: Amado Padre, afino hoy ante ti mis oídos espirituales y abro mi mente para grabar los dichos de tu boca, y ponerlos por obra y no pecar contra ti; quiero obedecer fielmente tus mandamientos y estatutos, quiero ir siempre hacia adelante haciendo tu voluntad en mi vida y no la mía ¡AMÉN!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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