Bendecidos con toda Bendición Espiritual

Efesios 1:3-10 RVR60:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,  para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,  en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,  que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra

Lo tenemos todo. Este pasaje es una muestra fidedigna del inmenso Amor de nuestro Padre y Señor para con nosotros sus hijos, quien en su inexplicable misericordia envió a su Hijo Jesús; al más grande de todos los tiempos, para que hecho carne, viviendo en su voluntad y muriendo en la cruz del calvario, nos entregara por fe la redención en su sangre, el perdón de los pecados y las riquezas de su gloria.

En Cristo sobreabunda para nosotros toda sabiduría e inteligencia, por lo que su Espíritu Santo impregna nuestras vidas del deseo ferviente a hacer las cosas conforme a la instrucción de nuestro Padre, tal como lo hizo Jesús. Todo lo bueno fue manifestado al mundo en Cristo,  pues no ha existido alguien con mayor bienaventuranza en bondad, mansedumbre, control propio, paciencia, paz, gozo, benignidad y amor que nuestro Hermano Mayor que se levantó de la cruz;  evidenciando la obediencia perfecta a los asuntos de Dios en la tierra,  demostrándonos que la instrucción del Padre es alcanzable y además conveniente para todos aquellos que en nuestro corazón le aceptamos, aunque esto le halla implicado al único Dios verdadero padecer los azotes en el plano terrenal.

No necesitamos nada ni a nadie más, solo a  Jesús,  el Dios encarnado que gobierna la tierra desde las alturas, Él que une cielo y tierra con su incandescente Amor,  Él que nos trazó el camino hacia la luz, Él que por medio de la fe nos dio potestad de ser llamados hijos de Dios, Él que al darnos de su Espíritu nos bendijo  con el poder de hacer su buena voluntad, dándonos autoridad sobre las potestades y frutos abundantes  para cosechar en el cielo; Recordemos siempre que Aquel que tiene al Hijo, lo tiene TODO.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (FJCG)

#Mimetaesamar

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