Casa de Oración a Dios

2 Crónicas 7:1-3; 11-16 RVR1960: “Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre” … “Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.  Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre”.

En este pasaje Dios nos muestra el poder de la oración y nos enseña cómo a través de ella tenemos comunicación con Él; también cómo, cuando guardamos sus mandatos y preceptos, y mantenemos esa oración continua, Él habita en medio de ella, porque es la forma en la que hablamos con Dios.

Vemos cómo Salomón y el pueblo de Israel, al ver la presencia de Dios, se postran para adorar y alabar, porque en medio de su presencia no hay otra cosa más que podamos hacer, sino adorarle y alabarle. Amo ver como Dios mediante su Espíritu se encargó de dejarnos mediante su palabra este cántico sencillo, para que de generación en generación fuese levantado y sin duda alguna porque alegró el corazón de Dios al momento de ser entonado, “porque Él es bueno y su misericordia es para siempre”.

El Señor mediante su palabra, una vez más, nos recuerda y nos invita a anhelar esa comunión diaria, y en medio de ella adorarle y alabarle. Seamos casa de oración que guarda sus mandatos, una casa que anhele estar en sus atrios, que anhele estar en su presencia santa en todo momento y Él por su infinita misericordia da promesa a su pueblo santo de prosperarnos, amén.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (MO)

 #mimetaesorar

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