Compasión

Isaías 54:8 RVR1960: “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.”

El Covid-19 no sólo se encargó de aislar a todo el mundo, sino que puso a prueba nuestra capacidad para sentir compasión por otros. En esta larga temporada hemos sido testigos de la necesidad y pobreza en la que viven muchas personas, así como de la tristeza que llegó para agobiar a centenares de familias. Sin embargo, es posible que eso que llamamos compasión, se encuentre muy lejos de su verdadero significado y del ejemplo mismo de Dios al ser compasivo con nosotros, lo cierto es que, en este tiempo, Su misericordia rodeó la tierra para manifestar Su compasión sobre la humanidad y sobre su pueblo.

La palabra compasión es de origen latino, está formada por dos palabras: “com”, un prefijo que significa “con” y “pasión”, que viene del verbo “pateo” y significa “sufrir”. Estas dos palabras juntas significan literalmente: “sufrir al lado de alguien o con alguien”. Entonces, basándonos solo su significado, la única manera de tener compasión por alguien es sufrir con esa persona, literal o metafóricamente.

Poder conocer y entender el origen de esta palabra nos ayuda a comprender mejor por qué la compasión de Dios no tiene fin y por qué la extiende en cada ocasión y situación; y eso es porque Él sabe, Él comprende exactamente por lo que estamos pasando, nuestro sufrimiento, dolor y nuestras preocupaciones no le son indiferentes. No hay nada en lo que Cristo no pueda ser compasivo con nosotros, decir lo contrario es como hacer de la cruz algo insuficiente.

Jesucristo enfrentó el sufrimiento corporalmente como ningún ser humano lo ha experimentado, una preocupación tan intensa que su sudor se convirtió en gotas de sangre, escasez porque como hombre vivió en una familia humilde donde tuvo que trabajar como carpintero. Experimentó la soledad, de sus discípulos que vieron de lejos la cruz, del pueblo que no recibió su mensaje y del Padre cuando tuvo que darle la espalda al llevar todos nuestros pecados, fue tentado en todo por el mismo Satanás, pero no cayó, venció el pecado y la muerte, vivió en carne propia las burlas, el rechazo, las calumnias y la injusticia. TODO esto para decirnos “YO tengo compasión de ti” porque nadie se puede identificar contigo como YO.

En nuestro pasaje de hoy tenemos dos momentos, el primero: “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento…” ¿qué momento? Cuando no somos conscientes de su compasión hacia nosotros, es decir, cuando desconocemos que en su vida terrenal y en la cruz, Jesús ya sufrió por nosotros para hoy decirnos: “aquí estoy, sufro contigo, tengo compasión por ti.” Nuestro desconocimiento de un Redentor y su amor nos lleva a vivir ese momento en el que Dios debe esconder de nosotros su rostro, porque hemos acudido a cualquier cosa o hemos tomado cualquier otro camino diferente a la cruz para presentarnos ante Él, porque no hay NADA, ni NADIE que pueda acceder al Padre sin antes tener un encuentro con Jesús en la cruz para poder, con ÉL, presentarse ante Él, ¡Su presencia es irremplazable!, estaríamos yendo a un juicio en el que todas las pruebas dicen que somos culpables sin El abogado que tiene la única carta que nos exime de todas las faltas, por eso “con un poco” de ira el Padre esconde de nosotros su rostro para darnos otra oportunidad de conocer al abogado que Él mismo ha dispuesto para nuestra defensa, lo que nos llevaría a vivir en el segundo momento, cuando se voltea a mirarnos porque vamos con nuestro abogado, con El Único que puede representarnos, por tanto, “con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.”

La razón por la que Cristo siente compasión por nosotros, sufre con nosotros, es para llevarnos de la mano al Padre, para recibir su perdón, su fortaleza, su gozo, su paz y ser plenos en Él, porque él nos redime de nuestro estado, por eso nos habla “Jehová, nuestro Redentor.”

El tiempo que pasamos en el primer momento es una decisión personal, porque en el segundo Su misericordia eterna siempre nos alcanzará.

2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)

Leave a Reply

Your email address will not be published.