Hebreos 4: 12-13 RVR1960 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”
La Palabra de Dios tiene el poder de realizar un diagnóstico preciso y verdadero de nuestro estado interior, pero no solo se queda en el diagnóstico, sino que tiene la capacidad de sanar y arrancar de raíz todo problema que tengamos en nuestro corazón. Esto ocurre si hacemos lo que nos enseñó el Señor Jesús, si examinamos con diligencia y a fondo las escrituras, ya que ellas dan razón de la vida eterna, que está solamente en JESUCRISTO.
Cuando meditamos en la palabra de Dios, nos reflejamos en ella para ser limpiados y transformados, vamos sacando de nuestra mente y de nuestra alma la mentira que nos mantiene esclavos, porque vamos cambiando nuestra forma de pensar y como consecuencia nuestra forma de actuar.
“Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.” (Santiago 1:25 RVR95)
En los evangelios podemos encontrar las distintas formas de enseñanza de Jesús, el verdadero discípulo aprende e imita al Maestro de maestros para poder brindar un servicio al Señor con efectividad y excelencia. Es necesario que, como discípulos de Cristo, comprendamos que hemos sido llamados a llevar la verdad de Su palabra, mientras mantenemos comunión y el aprendemos de la verdad de las escrituras somos capacitados por el Espíritu Santo. Efesios 4:11 nos dice: “Y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.
¡Amados! Necesitamos volver a Dios de acuerdo con su Palabra y no de acuerdo con lo que el ser humano dice acerca de la Palabra de Dios. Él está esperando que volvamos a la Palabra personalmente porque de esa manera podemos saber lo que Dios quiere de cada uno y está esperando por ello, no porque nos necesite sino porque nos ama. Si le obedecemos él hará en nosotros y a través de nosotros lo extraordinario que se necesita hoy.
Somos transformamos y es renovada nuestra mente cuando el Espíritu Santo siembra la Palabra de Dios cada día en nuestro corazón. El reprograma nuestra manera de pensar, porque Su meta es que vivamos para agradar a Dios y hacer Su voluntad, que siempre es «buena, agradable y perfecta». Su obra en nosotros es perfecta como perfecta y completa es Su palabra.
Tiempo de Hablar con Dios: Señor, gracias porque tu Palabra hace en mi Tu voluntad, transforma mi interior, me renueva, me sostiene y es mi provisión en todo tiempo. Que a diario mi corazón busque y ponga atención a tu Palabra viva y poderosa ¡AMÉN!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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