Vivimos en la era del conocimiento, sin embargo paradójicamente puede ser la de menos sabiduría, estamos llenos de conocimiento de todo tipo constantemente, pero no logramos usarlo siempre para nuestro bien. Te has preguntado ¿por qué?, la razón puede ser porque podemos adquirir conocimiento de diferentes fuentes, pero la verdadera sabiduría proviene de Dios.
Alguna vez mi pastora me dijo: “Dios ya tiene un plan para esta situación que estás viviendo, Él es el único que sabe cómo puede resolverse a tu favor, pregúntaselo y hazlo a su manera, no a la tuya”. Pareciera una verdad fácil de aplicar, pero no lo es, hacerlo se puede convertirse en una tarea pendiente día tras día.
Pero, si Dios es la fuente de la sabiduría, si ya tiene el plan perfecto y quiere bendecirnos ¿por qué no lo permitimos?, ¿por qué le estorbamos? Así como Adán y Eva fueron tentados en el Edén a pasar por encima de la sabiduría de Dios, satanás nos tienda día a día a rebelarnos y convertirnos en nuestro propio Dios. Aceptamos con cierta facilidad que los planes de Dios son buenos para nuestra vida, pero no logramos encajar esa verdad con nuestro diario vivir pues casi nunca nos rendimos realmente con verdadera humildad y disposición, más bien le comentamos lo que vamos a hacer, nuestros planes y nuestras estrategias y eso sí, al final le pedimos que nos acompañe en esa decisión y nos de la victoria en todo. Lejos de tratarlo como a nuestro Dios y Señor le damos muchas veces trato de “consultor”, tomando en cuenta su opinión sólo si se ajusta a nuestros tiempos y condiciones.
En este tiempo, el engañador usa frases como: busca en tu interior, la respuesta está en tu corazón, el poder está dentro de ti, si puedes pensarlo, puedes lógralo, no permitas que te digan que no puedes…, palabras centradas en el poder del yo y no en el poder de Cristo para hacernos fuertes en nuestras debilidades.
Se nos olvida a diario que Él es la Fuente de la mejor idea, la mejor estrategia, el mejor plan, solo Él conoce el antes, el durante, el después y el contexto de todo porque es Omnisciente, sólo Él sabe qué nos hará realmente felices y para que somos buenos porque es nuestro Creador, y solo el Creador sabe para qué hizo todas las cosas, nunca lo podremos hacer mejor que Dios.
Hoy necesitamos conocer cuál es nuestro lugar para decirle al Señor, TOMA TU LUGAR en mí, y darle al Único que tiene el poder de hacer lo mejor en nuestra vida. Pongámonos de acuerdo con Él, nos conviene tener el privilegio de ser partícipes de su eterna sabiduría.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (GV)
#MimetaesEnseñar
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