“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Lucas 6:45
La percepción que tenemos de nosotros mismos no siempre responde a la verdad, somos una raza caída, destituida de la gloria de Dios por el pecado y con ello, nuestra visión de la realidad y de lo profundo de nuestro ser fue distorsionada. Nuestro Señor aclaró las dudas respecto a la verdad: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Mateo 14:6, por ello, cuando creemos en la verdad que es Cristo Jesús, somos perdonados por nuestros pecados y con ello liberados del sistema diabólico de la mentira, es decir dejamos de ser engañados por el enemigo y podemos ver la realidad del Universo.
Como verdaderos Cristianos un día debemos darnos cuenta que hacemos parte de ese Universo que percibíamos erradamente, y las escrituras nos dan un sin número de herramientas prácticas para conocer la verdad de lo que hay en nosotros, dentro de ellas la enseñanza del fruto “No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto”. Lucas 6:45, de tal manera que la bondad que sin duda pensamos existe en nuestro corazón, es fácilmente verificable según los dichos de nuestra boca.
¿Queremos saber que hay en nuestro corazón? Examinemos lo que hablamos, pues: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno”, es por esto, que la manera como describimos a los demás, aquello que expresamos respecto de las personas que no amamos y de las que afirmamos amar, saca a la luz el verdadero estado de nuestro corazón, la ecuación es sencilla: si “sacamos” lo bueno por nuestra boca, hay un buen tesoro en nuestro corazón; ahora, si “sacamos lo malo”…. Es tiempo de reconocer nuestra propia maldad, nuestras heridas, la necesidad de sanidad, de liberación, y en arrepentimiento buscar a Aquel que no conoce la impureza, el único capaz de transformarnos a su imagen y semejanza, venciendo las tinieblas en nosotros, el único que sabe amar verdaderamente.
Amados, “El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina”. Proverbios 13:3, es el tiempo de manifestarse el propósito insospechado de Dios en nuestras vidas, hoy la invitación va mucho más allá de tener un “cambio de actitud”, porque de la abundancia del corazón habla la bocay esto quiere decir que para no caminar hacía la destrucción y por el contrario dar el fruto que Dios demanda en nosotros, llegando así a disfrutar de la vida abundante que Él preparó, se requiere la restauración profunda de nuestro corazón, toda vez que de lo que abunde en nuestro corazón, inevitablemente hablará nuestra boca, de tal manera que jamás podremos producir lo bueno, lo que edifica, lo que levanta, lo que glorifica a Dios, si seguimos mintiéndonos nosotros mismos en cuanto al estado de nuestra alma.
Amado Padre Celestial, queremos conocer la verdad, te suplicamos que no nos permitas vivir en la nociva autoaprobación de lo que no es bueno, permítenos vernos sin maquillaje delante ti y ser transformados de gloria en gloria en tu imagen, hoy te pedimos perdón por todas las veces que el fruto de nuestros labios ha manifestado lo malo y no hemos corrido a tus pies a rogar por restauración, excusándonos en que simplemente “hablamos sin pensar” o “no tuvimos mala intención”; hoy te suplicamos que nos mires con misericordia y que tu baño de sanidad reedifique un espíritu recto en nosotros, a fin de glorificarte en verdad.
2021 El año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (LCR)
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