La niñez es el período de la vida humana que se extiende desde el nacimiento a la pubertad. Se diferencia de la adolescencia, porque esta es una etapa en la que se generan los procesos iniciales de desarrollo integral, los cuales afectarán o generarán avances en las condiciones de vida de una persona. Esta etapa es en la que los cambios y ajustes biológicos, genéticos y emocionales permitirán a los niños tener mejores condiciones de vida.
Pablo a través de estos versículos nos revela el impacto que genera la Palabra de Dios enseñada a los niños en esta etapa. Le dice a Timoteo que recuerde que desde niño ha leído la Biblia, y que sus enseñanzas pueden hacerlo sabio, para que aprenda a confiar más en Jesucristo y así sea salvo.
Esta es una revelación que ha llegado a mi corazón, cómo mamá siento que cada vez los retos de la crianza se hacen más difíciles, y a la vez siento que no estoy capacitada para asumir el reto de ser mamá; sin embargo, es de las pocas cosas a las que no puedo renunciar. Dios permitió que fuera mamá por una razón y me dio a través que su Palabra instrucciones para que esta dura tarea sea llevada a cabo de la mejor manera, y me dice que: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16-17 NBLA.
Ahora me pregunto, siendo yo completamente imperfecta, ¿Cómo voy a corregir a mi hijo?, definitivamente la respuesta es en el conocimiento de su Palabra. Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, para mostrarle cómo debe vivir. Leer la Biblia con mi hijo permitirá sembrar en él la Palabra de Dios, porque la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo (Romanos 10:17 NBLA), así él podrá llegar a confiar en Dios cuando escuche el mensaje acerca de Jesucristo.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12 NBLA). Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios como espada de dos filos, penetra y examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.
A través de esta enseñanza, Dios me invita a escudriñar día a día la Palabra de Dios con mi hijo, a ser intencional y tener disciplina, a levantarme con él unos minutos más temprano antes de iniciar nuestras actividades cotidianas y leer la Biblia. En la actualidad, tenemos muchas herramientas que nos ayudan, existen aplicaciones para niños, versiones Bíblicas animadas de acuerdo con la edad y en nuestra congregación tenemos una herramienta para los más pequeños proporcionada por nuestra pastora Lorena, un libro titulado 22 llaves para abrir la Biblia.
Mi deber como mamá es usar la poderosa herramienta que Dios me ha dado, su Palabra, para que mi hijo pueda conocer las escrituras desde la niñez y le permita ser sabio; además, me revela la importancia de la oración la cual me conecta con Dios para estar llena de sabiduría y centrar mi vida en Cristo que es mi esperanza y sustento en la crianza.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG)
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