Josué 9:3-14 TLA “Sin embargo, cuando los gabaonitas, que eran de la tribu de los heveos, supieron lo que Josué había hecho en las ciudades de Ai y Jericó, decidieron engañarlo… Cuando llegaron al campamento en Guilgal, les dijeron a Josué y a los israelitas: —Venimos de un país muy lejano. Queremos hacer un trato con ustedes. Entonces los gabaonitas le contaron esta historia: —Estimado señor, nosotros venimos de un país muy lejano, porque hemos sabido de las maravillas que ha hecho el Dios de ustedes. Nos enteramos de todo lo que él hizo en Egipto, Los israelitas aceptaron comer de esas provisiones, sin consultar a Dios.”
El pueblo de Israel iba en avanzada, en la toma de Jericó fueron testigos del extraordinario poder del Dios que peleaban por ellos; a pesar de sus fallas en la toma de Hai, estaban viviendo un gran avivamiento luego de un largo desierto, el momento de su conquista se estaba convirtiendo en una gran amenaza para las demás naciones, por eso era hora de responder.
A través de metáforas y la vivencia del pueblo de Dios, la biblia nos describe y nos previene frente a la forma de actuar de nuestro enemigo, cuyo arte por naturaleza es engañar. En esta oportunidad vemos que se utilizan las alianzas entre distintas naciones para traer el engaño y hacerlo parecer inofensivo.
El secreto para superar y no caer en alianzas peligrosas consiste en algo muy sencillo: CONSULTAR PRIMERO AL SEÑOR. El problema aquí no fue el engaño, sino no que “aceptaron…, sin consultar a Dios.”
Nuestra estrategia para la vida debe tener una primicia: CONSULTAR PRIMERO AL SEÑOR. El engaño nos ronda, en lo personal contra nuestro firme propósito de conquistar la tierra que Dios nos ha dado, y como pueblo de Dios de caer en alianzas que pueden poner a la iglesia en el blanco de burlas y manipulaciones de líderes peligrosos que buscan dispersar la iglesia, dividirla y por supuesto, que se pierdan las almas.
Necesitamos en unidad estar atentos a las señales que nos da el Señor en este tiempo, las alianzas que vemos para arremeter contra la iglesia de Dios son sutiles, parecen inofensivas, se mueven a través de la política, líderes de distintas religiones, distintos poderes económicos, distintas “naciones” se unen y forman alianzas para confundir al pueblo de Dios y asegurar su estadía entre este, de tal forma que puedan ser testigos del operar en medio de la iglesia, en pocas palabras: establecer vigilancia para que nada los tome por sorpresa y saber dónde atacar.
No sólo necesitamos reforzar nuestra guerra espiritual, sino también nuestra intercesión por nuestros líderes y pastores para no que no seamos presas de las alianzas del enemigo.
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Efesios 6:10-11)
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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