Corazones Preparados
(Devocional a dos voces)
1 Samuel 18: 1- 4 RVR1960:“Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte.

Esta porción de las escrituras narra el momento en que David y Jonatán se conocen. Particularmente creo que es bellísima, llena de sinceridad, de entrega y sacrificio.

Conocer al ungido de Jehová pudo haber sido una experiencia bastante desagradable tanto para Jonatán como David si en sus corazones en ese momento no hubieran tenido sanidad y discernimiento de la voluntad de Dios. Jonatán era el primero en la línea de sucesión al trono de Israel, lo que quiere decir que al morir Saul se convertiría en el próximo rey. Quise hacer el ejercicio de ponerme en el lugar de Jonatán, cuando conoce a este hombre recién llegado, que no viene de una familia rica o noble, no recibió formación militar y no era uno de los principales de la sinagoga, pero cuyo único mérito y fama residía en haber derrotado a un gigante que todos los días desafiaba y se burlaba del campamento de Israel.  Nada fácil el panorama para el corazón de Jonatán, pero la historia fue distinta a lo que habríamos de esperar si pensamos y sentimos como siente y piensa el mundo.

Jonatán era un hombre que conocía del Señor, que le temía y por eso rápidamente, a diferencia de Saul su padre, supo discernir que David era El Ungido del Señor. De este modo se despojó de inmediato de sus vestiduras, que representaban su posición en el reino como heredero al trono, yendo aún más allá, no le bastó despojarse de la dignidad de sus vestiduras e hizo pacto con David.

Creo que este bello ejemplo de amor y amistad entre Jonatán y David tiene todo que ver con el amor entre parejas, pero sobre todo con ese momento decisivo cuando antes del noviazgo conoces a esa persona especial. Esos primeros momentos de intercambio lo son todo y el estado de nuestro corazón muy seguramente definirá lo que ha de venir. La historia lo demuestra… probablemente el futuro del linaje de Jonatán se habría extinguido de no haber sido por el amor que se profesaron mutuamente ambos, si no, echemos un vistazo a lo sucedido con Mefiboset.

Reflexión en pareja:
(Esposa) Con mi esposo y conmigo algo muy particular pasó en el momento que nos volvimos a encontrar luego de muchos años de no vernos. Cuando nos reencontramos no puedo decir que el estado de mi corazón era el mejor, pero una cosa sí tenía muy clara y era que debía guardar su corazón de un desplante porque en el pasado esto había sido algo que había marcado nuestra amistad negativamente. Para mi fortuna, el corazón de mi esposo en el momento que nos reencontramos era el de un hombre ya tratado por el Señor y con la madurez necesaria para darse cuenta de que lo sucesivo a nuestro encuentro sería definitivo.

(Esposo) Por mi parte había tomado la decisión de guardarme, había empezado a orar por mi futura esposa, quería estar preparado emocional y espiritualmente para ella. Cuando conocí a Rochi sentí en mi corazón que ella era la indicada. Eso nos hizo cuidarnos mutuamente, ocuparnos de ser delicados, sinceros, despojarnos de máscaras y perder incluso el temor que nos caracterizaba hasta el momento a ambos.
Nosotros queremos orar hoy por el estado del corazón de los hombres y mujeres solteros de nuestra iglesia, que están esperando en el Señor por una pareja, oramos por corazones preparados, dispuestos a recibir sanidad emocional, por madurez para poder discernir la voluntad y los tiempos del Señor; oramos por corazones despojados de toda vanidad, corazones sinceros y dispuestos a sacrificarse por esa pareja que el Señor ya reservó.

Finalizamos con este versículo que ha sido RHEMA en nuestra relación desde sus inicios:
1 Corintios 13:4-7 RVR1960: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (RyR)

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