Creciendo Contigo Señor
1 Corintios 15: 57-58 RVR1960: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (58) Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
En esta porción de la escritura, el apóstol Pablo nos insta a estar firmes, constantes y creciendo. 3 condiciones que nos enseña el día de hoy la Palabra del Señor, pues Él quiere llevarnos de Gloria en Gloria, de lo bueno a lo mejor y de lo mejor a lo excelente, pensando siempre en avanzar y prosperar. Me pregunto, ¿para estar firme qué necesito? Pienso en una obra que siempre debe tener unos cimientos sobre un terreno, que sea estable, firme, que no sea arena movediza, así concluyo que nuestro fundamento es Cristo.

El Señor de la obra me llamó, puso sus ojos en mí y no sabía cómo caminar en su senda, no sabía cómo ser agradable delante de él, pues es a través de nuestro amado Señor JESUS que puedo ser capacitada y ayudada para ser mejor cada día. El Espíritu Santo quien va haciendo esa obra interna en mí y me habilita para alcanzar la meta para la cual fui llamada.

Si nuestra vida está en Cristo estaremos firmes, será estable, pero no podemos cimentar nuestras vidas sobre fundamentos fluctuantes; no podemos cimentar nuestra vida sobre nuestra profesión o en nuestras finanzas, esas sí que son fluctuantes. Cuantas empresas que estaban muy sólidas de repente quedaron en el aire, nadie esperaba lo que ha sucedido en la economía, eso es algo fluctuante, algo pasajero, hoy esta y mañana puede no estar.

El fundamento que es estable y firme en nuestra vida es NUESTRO SEÑOR JESUS. Hoy me trae a memoria la palabra en Mateo 7:24-28 sobre los dos cimientos: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. Para estar firmes es importante tener en cuenta sobre quien estoy edificando mi vida y entender que Él es nuestra prioridad; buscarle en intimidad, en el secreto, fortalecer mi vida espiritual para permanecer en él. Pero adicionalmente, ser constantes porque muchas cosas las perdemos por falta de disciplina, por no persistir, sino todo lo contrario, nos desanimamos con mucha facilidad, nos gustan las causas rápidas, lo express, lo que no implica mucha disciplina y trabajo, debemos perseverar cada día y sobre todo cuando las cosas no salen del todo bien, porque ahí nos desanimamos y se va decayendo en la búsqueda con el Señor, en la oración cada día, la meditación de su Palabra y todas las disciplinas espirituales para estar más sensibles a su voz.

Cuando somos perseverantes hay un resultado lógico y ese es el crecimiento, independientemente de lo que pase debemos avanzar, progresar en todo lo que hacemos para el Señor, porque nuestro trabajo no es en vano y tendrá una recompensa. Esa labor que haces en tu hogar con tus hijos, en el lugar de trabajo, las labores que realizas de evangelismo en tu entorno jamás serán en vano, serás recompensado por El Señor de la Obra.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LN)

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