Cree solamente, en Lucas 8:50, nuestro Señor Jesucristo expresa estas palabras a Jairo, un padre que acababa de recibir la noticia de la muerte de su pequeña hija, y tal situación vendría a ser el escenario perfecto para que un milagro extraordinario como la resurrección tuviera lugar. La voluntad de Dios es que sus hijos experimenten en la cotidianidad su poder, por medio de milagros, prodigios, sanidades, y todo tipo de Señales que avergüencen los limites humanos, físicos, naturales y científicos.
Pero, ¿cuál es la llave para entrar en la dimensión de lo imposible?, claramente la repuesta es la fe. La misma llave de la salvación es la llave de la victoria. Mateo 9:28-30 RVR 1960 “Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargo rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa”
Creer que nuestro Amado Señor Jesús puede y hará lo imposible en medio de nuestra vida, debe ser nuestra convicción permanente. La fe simple de un niño, siempre será la mejor lección que en cuanto a confianza en Dios podemos tener; alguna vez me encontraba compartiendo un café con mi padre natural ya muy mermado por la enfermedad que terminaría llevándoselo de este mundo; recuerdo bien que él se quejaba y se quejaba de su condición de salud cuando de repente entro una niña al lugar, una a quien le faltaban los brazos y las piernas arrastrándose en una condición evidentemente más dolorosa; mi padre la miraba con evidente admiración y le preguntó: ¿qué la tiene tan contenta? a lo que ella respondió con un brillo único en sus ojos: “Sé que Dios tiene lo mejor para mi” este gran testimonio evidencia la victoria que fue pagada por Cristo en la cruz. Juan 5:4 “Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe”
Hermanos, como creyentes nos encontramos en la mas privilegiada posición, nuestro único requisito es creer en lo que Dios ha prometido, es en la fe de su palabra que hay alegría, tranquilidad y esperanza. Pues no dependemos de nuestra situación, condición o circunstancias, dependemos del nivel de confianza que tenemos en Aquel que tiene el poder para hacer lo improbable y que ha prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo. Si. Cree solamente.
Señor y Padre Nuestro queremos clamar a ti para que levantes nuestra fe, permítenos creer a cada segundo más en ti, lleva oh Señor nuestra fe a niveles nunca antes conocidos, permítenos experimentar la alegría propia que nos ofrece la confianza en ti, permítenos disfrutar de tus promesas pronto sin importar nuestra condición, te lo pedimos Señor amén.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio FJCG
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