2da Corintios 5:14-15 RVR 1960: Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Uno de los principales propósitos del cristiano es parecerse cada vez más a Cristo, que Su imagen sea la imagen, estar en Cristo nunca es cuestión de religión o posición, es cuestión de formación.
En Gálatas 4:19, el Pablo apóstol lo expresa: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros.” Así también vemos en la epístola a los romanos, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2 RVR1969), donde recibimos un llamado para no imitar las conductas ni las costumbres de este mundo, y dejar a Dios la labor de transformarnos en personas nuevas al cambiar nuestra manera de pensar, aprendiendo a conocer a través de esto la voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y perfecta.
Cuando pensamos en la palabra “imagen”, esta hace referencia a la figura, representación, semejanza o apariencia de algo, en cuanto a Cristo, sería como parecerse mucho a él. Nuestra imagen está asociada a la identidad que tenemos en Cristo, no se trata solo de una posición, sino de la formación del carácter de Aquel que moldea y gobierna nuestra vida reflejado en nosotros, porque tomamos la forma de aquello que nos gobierna.
Cuando Jesús murió en la cruz por ti y por mí, hizo un cambio, tomó nuestra posición de muertos y nos trasladó de las tinieblas a la luz admirable. Cristo murió en representación de todos y todos morimos en Él, aunque solo Cristo padeció el dolor de la muerte los beneficios de ella son para todos, los que en Él creen y confían, no viviendo de esta manera para nosotros ni para los designios del mundo, sino para Él, que murió y resucitó por toda la humanidad.
Si nos identificamos cada vez más con las cosas del mundo es porque la imagen que se está formando en nosotros es la del mundo, estamos siendo gobernados por el. Fuimos partícipes de un sistema caído, tenemos un diseño original que fue dado por Dios, pero el enemigo busca cambiar nuestra identidad para confundirnos y poder afectar nuestra convicción de a quien le pertenecemos, quien es nuestro verdadero gobernante. El Padre forma, Satanás deforma y Cristo transforma.
Hoy levanto una oración por ti y por mí, para que seamos cada día renovados y transformados a la imagen de Jesucristo, nos es necesario.
“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal.” (Proverbios 3: 5-7 NTV)
2022 Año del Contraste – Casa de Refugio (LG)
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