Cuídate de ti mismo.

Cuídate de ti mismo.

Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre” Deuteronomio 8:11-14

Este pasaje hace parte del manual de instrucciones que el Señor reveló a Moisés, a fin de instruir y preparar al pueblo de Israel para vivir en la libertad y la abundancia a la que fue llamada al salir de Egipto y ser introducida en Canaán; la esclavitud y la escasez hacía parte del pasado, ya no serían más siervos de una nación idolatra y cruel, Dios cumplió su palabra, los sacó de Egipto con mano fuerte, pero ahora se avecinaba el mayor reto para el pueblo de Dios: aprender a vivir en la abundancia.

Desde mi experiencia personal y pastoral puedo afirmar que para el Ser humano es más fácil vivir en el espíritu cuando habita en la escasez que cuando habita en la abundancia; la dificultad, la aflicción y el dolor son puertas que nos dirigen en nuestra desesperación hacía el ayudador verdadero, el Señor Jesucristo, entonces aferrándonos a Él como nuestra única esperanza, iniciamos un nuevo caminar en el horizonte que Él preparó para nosotros. “… yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10

Este pasaje de Deuteronomio instruye al Pueblo de Dios, es dirección para aquel que conoció la vida en el espíritu en la aflicción, pero que necesita aprender a vivir con el espíritu avivado en la bendición: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos…” claramente se trata de una advertencia: ten cuidado; cuídate de ti mismo, guárdate de la tentación de olvidarte de Dios, cuando comas, cuando te sacies, cuando tengas buenas casas para habitar, cuando tus bienes y cuanto tienes aumente.

El Espíritu de Dios conoce que será más difícil cumplir nuestros votos a Dios cuando estamos en prosperidad, aunque suene ilógico, es más fácil madrugar a orar en la debilidad, es más fácil diezmar en la escasez, es más fácil escuchar su voz en la aflicción, porque cuando somos saciados es precisamente cuando nuestro corazón está siendo más duramente probado:“ no suceda que … se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre”, es doloroso y recurrente ver a un hijo ingrato recibir su herencia y en desamor a su Padre apartarse de él.

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. Timoteo 4:16, el Apóstol Pablo aconsejó a Timoteo en cuanto a su cuidado personal, no solamente de su cuerpo por sus dificultades de salud, sino del cuidado de su espíritu, le recomienda no confiarse de sí mismo ni de su gran conocimiento de Dios, pues el orgullo siempre será un enemigo acérrimo que se camufla en lo profundo del corazón ser humano. 

Amado Señor, te damos gracias por todo lo que somos, por todo que tenemos y no tenemos, gracias porque estar a la mesa contigo Padre Celestial, es nuestro mayor privilegio, te rogamos que nada nos engañe, ni la escasez, ni la abundancia, que jamás olvidemos que a ti nos debemos por completo, que habitar en tu casa es lo más valioso,  que el precio de la comunión contigo fue el más alto que jamás se conocerá: la sangre del Señor Jesucristo en la cruz; danos la gracia para estar siempre a tu lado y cumplir nuestros votos en verdadera obediencia y amor. Amen.

2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (LCR)

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