Hebreos 6:18-19 NTV: “Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros. Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios”.
Cuando la Biblia habla de ESPERANZA no está hablando de pensamiento positivo, está hablando acerca de confiar en Dios. Es muy probable que ya conozcas este pasaje, usar este lenguaje es muy común en el ser humano. Porque cuando necesitamos una respuesta, viene a nosotros la ansiedad e intenta decir que la solución la encontramos en cosas del mundo o materiales ¿No es así? Y por lo general, olvidamos que nuestra mejor espera debe ser en Dios el cual suple todas nuestras necesidades.
Sufrimos con el tiempo porque solamente conocemos el tiempo cronológico, donde marcamos años, meses, días, semanas, minutos y segundos, siempre planeando un plazo ideal para que las cosas sucedan. Sin embargo, Dios no está limitado al tiempo terrenal, él trabaja en el Tiempo adecuado y oportuno, que no sigue un calendario o una lógica humana. El momento del cumplimiento del propósito es cuando Dios dice: Ahora estás listo, es el Tiempo. Es una certeza, no una probabilidad, así lo describe debido a que “en Dios solamente reposa mi alma, porque de él viene mi esperanza”. (Salmo 62:5 RVR1960)
JESÚS nunca falla en el cumplimiento de sus promesas y cuando las llevamos ante su trono, nunca las devuelve sin cumplir. Por lo tanto, solamente ante su puerta guardaremos nuestra esperanza y su generosa gracia. Hasta nuestro último respiro podremos decir: “de él es nuestra esperanza”.
Muchas veces, idealizamos y definimos el tiempo que, en nuestra mente, sería el mejor momento para que algo suceda. Cuando dejamos a Dios ser Dios en nuestras vidas, todo estaría resuelto y todo estaría hecho ya.
¿Tienes la esperanza que Dios tiene una promesa para ti? ¿Tu vida lo demuestra? ¿Esta esperanza ha cambiado lo que eres, lo que valoras y lo que está haciendo con tu vida? Como creyentes, debemos confiar en Dios, Su Palabra nos dice: “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de Dios y de nuestro Señor Jesucristo” (Tito 2:13) y “todo aquel que tiene esta esperanza se purifica, así como él es puro.” (1 Juan 3:3).
Padre Bueno, en tus manos colocamos nuestro tiempo, domina por favor nuestras almas y conviertenos en creyentes genuinos para tu Gloria. Desde ya Glorificamos tu Santo Nombre para la Victoria venidera que llegará, porque eres nuestra Ancla Firme ¡AMÉN!
JRR– Casa de Refugio
Leave a Reply