“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre” Hebreos 13:5-6 RVR1960
En el griego del Nuevo Testamento se referencia al avaro como alguien: “amigo del dinero”, “codicioso” “ávido de ganancias sórdidas” entre otras expresiones que denotan apego desmedido a lo material. Ya en el lenguaje coloquial, un individuo avaro es una persona: tacaña, avarienta, codiciosa, usurera, interesada, rapaz, roñosa, miserable, apegada y un sin número de expresiones que hacen referencia a ese hábito mezquino; quien ama el dinero jamás conocerá la plenitud: “El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad” Eclesiastés 5:10
La búsqueda de lo material siempre lleva a vivir en frustración e insatisfacción. Esa es la razón por la cual las escrituras nos invitan a vivir felices con lo que tenemos ahora: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora”, recordándome un viejo refrán que dice: “No es más rico el que más tiene sino aquel que menos necesita”. Alguien una vez me dijo: “Nadie puede cenar cinco platos de sopa diarios, y si llegase a suceder, de seguro no durará mucho el comensal”, esto me hace pensar que la necesidad de acumular de la naturaleza carnal lleva a la destrucción. El creyente debe de saber que su futuro no está garantizado por todo lo que tenga ahorrado en una cuenta bancaria o en bienes, sino que su bienestar futuro está garantizado porque tiene una promesa del proveedor del Universo, pues su Padre Celestial le ha dicho que no lo desampararía: “porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre” hebreos 13:5-6 RVR1960
Así que hermanos, tengamos libertad de ser generosos con nuestro prójimo, invirtiendo en ellos no solamente lo económico sino también tiempo y disposición; dando al que necesita, puede ser un buen consejo al que está afligido, calidad de tiempo al desvalido, un apoyo en especie o económico al que está en escases, sin permitir que el pensamiento del “yo necesito o necesitaré” nos abrace, pues escrito esta: “Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás” Eclesiastés 11:1, de tal manera que todo aquello que demos en obediencia y amor a Dios nos será recompensado por el Rey del Universo de acuerdo con sus riquezas en gloria. Seamos pues instrumentos del amor y la provisión del Padre para otros: “Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen granero ni troje; sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!” Lucas 12:24 DHH
Señor, te damos gracias por permitirnos comprender que una vida sin codicia, felices de los que tenemos y somos, nos da la libertad de rencontrarnos con nuestra verdadera esencia en Ti, hacer tus obras es nuestra mejor inversión, hoy entendemos que somos solo administradores de los recursos que Tú como nuestro Padre nos ha encomendado, renunciamos al abuso que es la codicia, pues implica tomar de lo tuyo para saciar nuestro ego, hoy tomamos de ti, de tu amor, de tu generosidad para que colmes nuestras vidas de tu plenitud. Te lo pedimos en el Nombre del Señor Jesús. Amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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