Defendiendo a Nuestros Hijos
Colosenses 3: 20-21 PDT: “Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque eso es lo que agrada al Señor. Padres, no sean tan exigentes con sus hijos, para que ellos no se desanimen.”

Esta es una Palabra comprometedora que nos insta aleccionar a nuestros hijos con las enseñanzas que hemos recibido de parte del Señor, porque solo de esta manera podrán ser preservados con la formación que les impartamos, pues traerá riqueza espiritual a sus vidas y no permitirá que sea influenciados por las redes sociales y la agenda mundial, que quieren imponer en colegios y escuelas para dañarlos en su espiritualidad y en el temor del Señor. De acuerdo con nuestras enseñanzas ellos serán instruidos en la verdad que es Nuestro amado Jesús, quien nos dejó la Palabra de Vida y quien es la Roca de nuestra Salvación.

En las Sagradas Escrituras encontramos muchos ejemplos de padres que no enseñaron a sus hijos a obedecer al Señor y poner por obra sus mandamientos, como es el caso del Sacerdote Elí, por eso sus hijos se desviaron del camino de la Santidad y el temor a Dios.

En Efesios 6: 4 se nos guía acerca de cómo debe ser nuestro rol como padres, de no hacer enojar a nuestros hijos, sino educarlos con disciplina y la enseñanza del Señor. La falta de disciplina y de integridad tienen dominada las masas, no solo en este país sino en todos los países de la tierra, sin traspasar los límites, porque el apóstol Pablo nos da los limites de cómo debemos hacerlo; los parámetros los encontramos en los siguientes versículos claves: Proverbios 13:24“El que no corrige al hijo lo odia; el que lo ama lo disciplina a tiempo”.  Este es el límite, junto con el versículo que mencione al inicio de este devocional Colosenses 3:21:Padres, no sean tan exigentes con sus hijos, para que no se desanimen.” Todos nuestros problemas son el resultado de que practicamos un extremo o el otro, la Biblia no recomienda uno u otro, sino que mantengamos un equilibrio donde la Gracia y la Ley armonizan divinamente.
 
Debe haber un equilibrio perfecto, la disciplina es esencial y tenemos que llevarla a cabo, pero teniendo mucho cuidado de no hacer mas daño que bien porque si no lo hacemos de la forma correcta, provocaremos resentimiento en nuestros hijos. Se requiere de nosotros como padres, que seamos equilibrados, ¿cómo logramos esto?, encontramos la llave en Efesios 5: 18: “No se emborrachen, porque así echaran a perder su vida, mejor llénense del Espíritu Santo.” Porque la vida del que está lleno del Espíritu Santo tiene 2 características principales: Poder y Dominio Propio.
 
Soy madre de 4 hijos ya mayores, con tres hermosos nietos, y puedo decirles con conocimiento de causa, que levantar hijos con el temor y la instrucción del Señor siempre nos dará paz de haber hecho la tarea como Dios nos ha instado y guiado a lo largo del camino, pidiendo siempre al Señor la ayuda para poder hacer un trabajo con nuestros hijos que alegren el corazón del Padre, porque le amen y guardan sus mandamientos. Y ser esos padres que muevan los Cielos y la Tierra a favor de nuestros hijos. Largo camino nos resta mis amados, nuestros hijos serán enseñados por Dios y el aprobara sus caminos.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio, LN

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