Apocalipsis 22:18-19 NBLA: “Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: si alguien añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguien quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.”
Como parte de la celebración del mes de la Biblia, esta semana vamos a estudiar y meditar acerca de una característica muy importante de las escrituras, y es que en ellas esta TODA la palabra de Dios, es decir, no hace falta ni es necesario agregarle o quitarle nada.
La Biblia ha sido valorada como una joya de la literatura universal, el libro más vendido y leído en la historia de la humanidad, cuenta con más de 2000 traducciones a distintas lenguas y dialectos. Frente al canon bíblico y su validez, muchas preguntas y cuestionamientos se han generado, sin embargo, en lo que hoy nos concierne, lo más importante de este aspecto es su significado en sí, la razón por la cual los libros de las escrituras son canónicos y es por su origen; es decir, la inspiración de Dios.
Sabemos que Jesucristo es el cumplimiento de todas las promesas dadas a los profetas en el Antiguo Testamento acerca de un Mesías y la redención para la humanidad, su historia desde su genealogía es la continuidad del Antiguo Testamento, por tal razón, los apóstoles y sus discípulos fueron impulsados a pasar de la tradición oral a la escrita. Pensar que la Biblia esta inconclusa es como querer decir que en Cristo no se reunió todo el cumplimiento de tales promesas y por eso es necesario escribir algo más, porque cuando es necesario añadir es porque hace falta algo.
Viéndolo desde una correcta perspectiva, suena ofensivo decirle al Autor de semejante joya: “oye, quizá te faltó un poco más, o ¿sabes? esto como que le sobra, no era tan necesario realmente.” Por esto Juan nos deja tanta claridad al respecto, “si alguien añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguien quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.”
El hilo conductor de las escrituras es perfecto y coherente de principio a fin. Podemos ver que tanto Jesús como los apóstoles, citaron el Antiguo Testamento, además en él encontramos tipos, figuras e ilustraciones que nos enseñan aspectos importantes de la obra y la persona de Jesús, el libro de Hebreos nos hace un resumen perfecto del mensaje de Dios respecto de la fe a través del Antiguo Testamento.
Venimos de una cultura que todo lo cuestiona, y en parte no es malo, el punto es dirigir nuestros cuestionamientos de manera correcta y alejarnos de cualquier pensamiento, por pequeño que sea, que nos haga dudar de la palabra de Dios. Todo lo que necesitamos saber esta en ella, un profesor del seminario bíblico decía que es el noticiero perfecto porque siempre tiene todas las primicias, aun con antelación a que los hechos sucedan.
No cuestionemos y descansemos en lo que Dios nos ha dado por su inspiración, por su aliento divino, eso es lo que necesitamos, respirar la palabra. El pacto entre Dios y los hombres está allí descrito, un Antiguo Pacto que nos reveló la necesidad de establecer uno Nuevo sobre mejores promesas y cuyo mediador, Jesucristo, lo firmo con su sangre para darnos hoy la vida eterna.
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, ciertamente no se habría procurado lugar para el segundo.” (Hebreos 8:6-7 RVR95)
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
Leave a Reply