Jonás 3:4-5 RVR1960 “Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos”
Jonás viene de huir del plan de Dios para él, finalmente tomó la oportunidad de participar en una obra misericordiosa, obedeciendo y aceptando compartir el mensaje de salvación al cruel y sanguinario pueblo de Nínive.
Al compartir el mensaje de Dios para el pueblo, el Rey de Nínive se cubrió de cilicio y se sentó sobre cenizas para demostrar su arrepentimiento y su temor por el juicio inminente. La vestidura de cilicio se utilizaba como una penitencia por los pecados cometidos y se aplicaba sobre los lomos como una forma de pedir misericordia o perdón. Jonás cumplió su misión y un pueblo fue rescatado, Nínive (Capital del Imperio Asirio), fue una ciudad poderosa pero llena de perversidad. Los pecados que se presentaban en esta ciudad fueron tan grandes y fuertes que a Jonás no le gustaba nombrarlos, pero Nahúm en su libro los describe así: 1. Pensaban cosas malas de Dios (Nahúm 1:9), 2. Fueron crueles en la guerra (Nahúm 2:12), 3. Adoraban a Ídolos, prostitución y brujería (Nahúm 3:4).
Cuando meditamos en esta historia, aprendemos que cuando tenemos una misión de parte de Dios, no podemos hacernos los sordos y perdernos la oportunidad de escucharlo, simplemente porque estamos dormidos, distraídos o peor aún pensamos que alguien no es “digno” de un mensaje de misericordia.
A Dios le agrada totalmente la Obediencia, El correspondió con misericordia ante el arrepentimiento del pueblo de Nínive, esta ciudad llena de impiedad fue movida a un arrepentimiento genuino y verdadero. Jonás simplemente no quería obedecer, porque no podía entender que el Dios de Israel era también el Dios del mundo entero. Tal como señala la escritura “Vendrá gente desde tierras lejanas a reedificar el templo del Señor. Cuando esto ocurra, ustedes sabrán que mis mensajes vinieron del Señor de los Ejércitos Celestiales. Todo esto sucederá si ustedes se aseguran de obedecer lo que dice el Señor su Dios” (Zacarías 6:15 NTV) A pesar de su maldad, la gente de Nínive fue receptiva al mensaje y se arrepintieron de inmediato, el mensaje de Dios a través de Jonás rescató a todo un pueblo.
Me siento muy identificada con este tema de la Obediencia, porque por mucho tiempo atrás fui desobediente ante el llamado que Dios tenía para mí, la toma de malas decisiones en algunas áreas de mi vida hizo que mi mirada se desviara por completo del Señor, pero hoy al igual que tú hoy puedo decir: Amado Señor hoy vengo a tu presencia, a darte gracias por tu misericordia y amor, gracias por ser el primero en mi corazón y en mi vida, por la Salvación que me regalaste. Tú eres mi Dios, mi refugio verdadero, mi caminar y el verdadero andar en mi vida. He venido a estar contigo, a compartir contigo y darte gracias por lo que has hecho en mi, permíteme por siempre Adorarte, Exaltar tu Santo Nombre y Glorificarte con Obediencia en cada área de mi vida. ¡Te amo PADRE MIO, Amén!
JCRR – Casa de Refugio
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