DEVOCIONAL – SOMOS INSTRUMENTOS

DEVOCIONAL – SOMOS INSTRUMENTOS

“Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” (Marcos 2:15 RVR1960)



Todos tenemos amigos (as) que queremos y les deseamos lo mejor, pero luego de leer este pasaje de la Biblia entendí el verdadero significado de la amistad y la comunión de espíritu entre hermanos (as) y por supuesto en el entorno de una verdadera amistad.

En algún momento de nuestro paso por este mundo seguro hemos tenido crisis de fe, desaliento, desesperanza y frustración, hemos necesitado que alguien nos ayuda a levantar, que nos escuche y nos recuerde las promesas de Dios en nuestra vida, alguien que nos recuerde además cómo era nuestra vida antes de llegar a los pies de Cristo y ahí en ese momento, volver a creer y fortalecer nuestra fe.

Todos, sin lugar a dudas hemos decaído en alguna oportunidad y tenemos problemas y cargas con las que luchamos a diario, ninguno tiene una vida perfecta y esto es en sobremanera bueno porque nos ayuda a no perder la vista en Jesús. Nuestra naturaleza es tan ingrata que si así fuera no nos volveríamos a acordar de sus proezas en nuestra vida, es bueno además reconocerlo, porque ninguno se debe sentir mejor o más bendecido que otro. Dios nos ha dado a todos las bendiciones necesarias para estar llenos de gozo, a veces las vemos, a veces no, pero Él que todo lo sabe, conoce las razones que nosotros no.

Por eso hoy, la invitación es a abrir nuestro corazón con nuestros hermanos en Cristo, a buscar a respaldo de personas de buen testimonio, con convicciones firmes en la Palabra de Dios y abrir nuestro corazón, a pedir oración por nuestras necesidades y luchas, a quitarnos la careta de que no necesitamos que nadie nos levante nunca porque somos fuertes y confiados y a acudir más a nuestra familia en la fe, porque todos hacemos parte de un solo cuerpo, no solo para ser levantados en oración sino también en nuestra fe.

Todos podemos ser instrumentos del Señor, ya que si bien no tenemos la respuesta a todo si sabemos que la respuesta a todo está en la presencia de Dios, donde todos somos iguales, donde el amor es el mismo, pero también es el lugar del que nunca saldremos siendo los mismos.

GV-Casa de Refugio

Leave a Reply

Your email address will not be published.