La palabra de Dios continuamente nos ilustra en cuanto a la iniciativa de Dios de acercarnos a Él, el pecado hizo división entre hombre y su Creador, pero el Padre manifestó su infinito amor haciendo el camino a su presencia por medio de la Cruz del Calvario. No es la voluntad de Dios que le miremos de lejos, cuando Jesús avistó a Zaqueo, el cobrador de impuestos y corrupto de la época, trepado en un árbol Sicómoro, lo increpó a descender de prisa de allí, aclarándole que era necesario posar en su casa aquel día y así sucedió. La historia evidenció que Zaqueo respondió al perfecto llamamiento de Dios y no se quedó en el simple impulso inicial, su arrepentimiento genuino quedó registrado en las escrituras, dando testimonio de la intimidad que alcanzó con el Maestro, apegándose a la justicia, mandamientos y designios divinos como fruto de un amor disciplinado y continuo a su Dios.
Josué 1-8 RVR60 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”. Notemos que la indicación innegable es a nunca apartarnos del libro de la ley, debemos meditar en Él de día y de noche continua y perdurablemente y vivir conforme a este, si así lo hiciésemos todo; absolutamente todo nos saldría bien, resumiendo que la continuidad en Dios es directamente proporcional a nuestra victoria en Él. Es hora de entender que cuando nuestra fidelidad a la palabra tiene lapsos e interrupciones el enemigo está a la puerta para hacernos reincidir en los hábitos pecaminosos del pasado; siendo sin duda la continuidad la clave de una vida espiritual y terrenal prospera.
Como cristianos tenemos áreas de nuestra vida dónde hemos conocido la frustración, el fracaso, la infertilidad y otras más el gozo, el galardón y el fruto, hoy la invitación es a meditar en la irrefutable relación entre el apego a la palabra y la victoria, para concluir sin duda que cuando nos determinamos a caminar en la senda de la justicia divina, ésta viene a ser la ruta a la perfección. Proverbios 4:18 “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto”
No apartarse de la ley de Dios requiere consultar con su suscriptor cada decisión, es preguntarle una y otra vez ¿Cuál camino tomar?, no consultar las decisiones que consideramos trascendentes sino todas, siempre y sin excepciones; de tal manera que cuando Nuestro Padre indique el sendero, de manera intensa meterle alma, vida y sombrero, trabajando en su heredad continúa y lealmente, sabiendo que su recompensa no podrá ser burlada.
Iglesia, hagamos de la búsqueda de la Presencia de Dios, de su Palabra, la oración, la congregación, el ayuno y la alabanza nuestros permanentes hábitos. De lejos no hay posibilidad de permanecer, debemos edificar una intimidad que garantice el gobierno de Cristo en la casa de nuestro corazón. Los expertos dicen que para cambiar un hábito se necesitan 14 días, así que estamos a tiempo de ser Creyentes fieles que no se aparten nunca de la guía de su Creador, cristianos que evidencien al mundo los beneficios de la gracia, la restitución, de ley de la siembra y la cosecha divina, inspirando a los perdidos a amar a Cristo y sus caminos.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio 2022 (FJCG)
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