Dios te aprobará, ¡si crees de todo corazón!

Romanos 10: 9-13 RV1960: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Sabemos que la salvación es por gracia, por medio del don de la fe, como está escrito en Efesios 2:8-9. En el contexto de la época en que el libro de Romanos fue escrito, para que una persona aceptara abiertamente a Cristo como su Señor y Salvador, tenía como consecuencia persecución y muerte. Recibir a Cristo y confesarlo como Señor, sabiendo que la persecución iba a venir, indicaba una verdadera salvación, y la obra del Espíritu Santo; así que para ese momento la persona que decidiera hacerlo debía tener una verdadera fe.

Pero esto que pasaba en esa época, me recuerda muchas veces cuando pasamos por alguna tribulación en algún aspecto de nuestra vida, donde incluso el pronóstico es desfavorable y existe una alta probabilidad de fracaso y muerte, en que dudamos que él es nuestro único Salvador, y no sólo basta con llamarnos cristianos, y creerlo en el corazón, sino que debemos confesarlo con nuestra boca, que él es el nuestro Salvador. Etimológicamente, confesar es sinónimo de confirmar, así que es necesario confirmar con la boca lo que ha sucedido en el corazón y estar agradecidos por eso, y es solo en ese momento que en verdad ¡seremos salvos!

Si bien es cierto, nosotros no debemos establecer una confesión pública como un requisito para la salvación, más bien, SI debemos reafirmar, confesando que Cristo es nuestro Salvador. Aun en medio de la persecución damos evidencia de una verdadera salvación, esa que está sembrada en nuestros corazones. Como con el bautizarnos y todas las buenas obras que hacemos, la confesión pública no es el medio de la salvación; pero si es la evidencia de la misma.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KGD)

#mimetaescomprender

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