El Amor no es Negociable
2 Corintios 8:1-8 RVR1960: “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro”.

Nuestro Padre celestial es incisivo en profundizar en nuestros fundamentos como sus hijos, podríamos decir uno de ellos que es la fe y si es cierto; pero en esta escritura nos habla de una base irrefutable para nosotros como siervos: EL AMOR. Pero no estamos hablando del sentimiento idílico, el televisivo, el del cine o el que nos encanta en las redes sociales; la escritura confronta a hombres y mujeres, aquellos que están dando fruto en abundancia en todo, que; además, han obedecido la palabra de Dios.

Pero hay un tema que hay que recordar fundamentalmente como creyentes y del que Pablo nos invita a no olvidar, el amor entre nosotros y nuestras obras es primordial; no es negociable para nuestro creador.

En los años que llevo en mi servicio a Dios, puedo testificar que las pequeñas obras con amor son más gratificantes y maravillosas que aquellas que creemos grandes o extraordinarias, pero que las hacemos de manera sistemática, por obligación, por necesidad, conveniencia o adulación. En ese caso, es preferible solo AMAR; es tan simple como un abrazo reparador con verdadero amor en Cristo que grandes actos que parecen misericordiosos, pero que en realidad los hacemos para ser aceptados, amados o vanagloriados.

No se trata de la cantidad, se trata del corazón que hay para servir. No es cuánto tiempo, es tiempo de calidad, es tiempo en verdadero amor. No es para cumplir, es para amar al prójimo; no es para ser adulados, es para que Jehová sonría, porque él es el centro; el Único importante en esta ecuación.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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