El inglés Hudson Taylor es conocido como uno de los más grandes misioneros cristianos, cuyo campo de trabajo se concentró en China, país donde sirvió durante 51 años, rodeado de circunstancias realmente difíciles. Entre la pobreza, violencia y duras pruebas, logró congregar unos 125.000 creyentes.
Una de sus frases más reconocidas es la siguiente: “en un periodo difícil, es más importante descubrir lo que Dios quiere decirme que salir lo antes posible”.
En la vida, cuando pasamos por temporadas sombrías, lo más natural ¡es desear salir pronto de ellas! Pensamos en cuántas veces le dijimos a otros ¡confía en el Señor!, pero nos damos cuenta de que es más difícil de lo que parece. Sin embargo, en la más sombría temporada, Aquel que es La Luz del mundo quiere mostrarnos la faceta paternal de Dios, ese refugio de protección, nuestra fortaleza ante las más duras circunstancias porque sólo en ese lugar podemos dar el fruto que EL ESPERA.
El salmo 46 es uno de los salmos que nos invita a descansar a pesar de la más dura prueba que estemos atravesando, expresando que sólo en Dios podemos encontrar la provisión de paz que necesitamos, por eso CONFIAR se convierte en una decisión trascendental. Veamos:
Salmos 46:1-3 RVR1960: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.”
Al igual que el amor, la confianza es una decisión que necesita tener raíces profundas en la persona y naturaleza de Dios.
El secreto de Hudson Taylor no estaba por fuera del alcance de cualquier creyente, estaba en mantener diaria y momentáneamente la comunión con Dios, a través de la oración y la lectura de las escrituras. Durante mucho tiempo, este misionero tuvo que compartir su lugar de posada con muchas otras personas humildes, solamente una cortina le permitía tener algo de intimidad, por eso aprovechaba desde las 2 hasta las 4 de la mañana para su lectura de la palabra y oración a la luz de una vela.
Seguramente, en muchas oportunidades, la lectura de este salmo le acompañó en sus momentos más difíciles, alimentando su fe hasta hacerla inquebrantable. Así también, hoy podemos alimentar nuestra fe para creer y expresarle al Padre que confiamos en Él, que no queremos salir de la dura temporada, sin entender Su propósito en ella, sin alcanzar la transformación que él espera, sin escuchar Su voz entre las duras circunstancias, sin morir.
La traducción del lenguaje actual nos dice que este salmo o canto tenía una instrucción, cantarlo en un funeral.
Quizás nuestra más grande prueba es enfrentar la soledad, por estar lejos de casa, como la debió y la deben experimentar muchos misioneros, la soledad por perder a personas que amamos, porque nos han traicionado, rechazado, abandonado o porque partieron de este mundo y nunca más las volveremos a ver.
Lo cierto es, que siempre esta disponible para nosotros un lugar de refugio, que es como un castillo que nos brinda la protección y el abrigo que necesitamos cuando llega la tormenta… “Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”.
Hoy puede ser ese día para acudir a ese refugio, para expresar que pase lo que pase, estás DISPUESTO A CONFIAR porque Su palabra dice que aunque la tierra sea removida, El siempre estará ahí para ti y para mí. Así que corre, ese lugar está disponible siempre, ese lugar es: EL CORAZÓN DEL PADRE.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (KMR)
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