El Dador Alegre
2 Corintios 9:6-7 NBLA: Pero esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno décomo propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” 

Dar es estar dispuesto a entregar algo, Dios nos llama a entregar con gozo y paz cada una de esas cosas que, por gracia, él nos ha otorgado. Inmerecidamente hemos sido dotados de dones que debemos entregar no solo a nuestros hermanos en la fe, sino a todas aquellas personas que en su gracia y misericordia, Dios nos revele su necesidad.

Quizás en este tiempo, más que nunca, el manejo del dinero es algo muy importante; sin embargo, todo lo que poseemos se lo debemos a Dios. En su Palabra hay muchos pasajes que nos hablan de su amor hacia los pobres y necesitados, y de nuestra responsabilidad hacia ellos. La vida de Jesús, tal como la narran los evangelios, nos habla de su amor hacia los más vulnerables.

En muchas ocasiones personas han tocado mi puerta en busca de ayuda económica y he podido dar con libertad, pero el pasaje de hoy me confronta porque dice: “porque Dios ama al que da con alegría” y a pesar de brindar mi ayuda a otros, en mi corazón algo me impide dar con gozo; por tanto, veo que es necesario cuestionar la motivación de nuestro corazón al dar. Yo puedo dar mucho, pero por lástima, y no con un corazón compasivo que da alegremente para complacer al Señor y sin esperar nada a cambio, porque Él escudriña mi corazón y sabe realmente cual es mi motivación al dar a otros.

El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho. Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tengo que dar con tristeza ni por obligación ¡Dios ama al que da con alegría! Dios puede darme muchas cosas a fin de que tenga todo lo necesario, y aun me sobre, así podré hacer algo en favor de otros. Como está escrito en la Palabra de Dios en relación con una persona generosa: «Él esparció, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre»; lo que deja entrever que al que siempre ayuda a los pobres y lo hace con generosidad, en todo sale triunfante.

Mi ayuda hacia los demás no sólo servirá para que los hermanos tengan lo que necesitan, sino que también hará que ellos den gracias a Dios. Esa ayuda demostrará que yo confío en el mensaje de salvación y amor de Jesucristo y obedezco su palabra.  A través de mi acción de generosidad otras personas podrán alabar y honrar a Dios, y también orarán por mí con cariño, porque Dios les ha mostrado su bondad a través de mí. Dios puede usar múltiples medios, pero decide usarme a mí para bendecir a otros y eso me debe ayudar a dar siempre con alegría.

Gálatas 6:10 NBLA: “Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.”
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (LG)

Leave a Reply

Your email address will not be published.