El Deber de la Oración

1 Samuel 12: 23-24 NVI: “En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto. Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes”.


En este capítulo, el profeta Samuel luego de que Israel le exigiera un rey para su pueblo, hace un llamado a seguir en obediencia a Dios y no volver a cometer los mismos errores del pasado. Cerrando la narración, vemos que él les anuncia que no va a cometer un pecado dejando de orar por Israel, se podría decir que, a pesar de ellos mismos, Samuel seguiría cubriendo en oración como mandato del mismísimo Rey del universo, justo con esta porción de la palabra me nace una reflexión y es: ¿dimensionamos realmente la importancia de la oración?

Quise construir con la ayuda de la Palabra un cuestionario para saber nuestra percepción y apropiación sobre la oración:


1. ¿Oramos por ratos, en un momento específico del día, o es un hábito constante en nuestra rutina?
1 Tesalonicenses 5:17-18 TLA: “oren en todo momento. Den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de ustedes, como cristianos que son”.


2. ¿Es la oración el camino para descargar toda ansiedad, angustia y en ella encontramos el pronto auxilio de Jesús? Filipenses 4:6-7TLA: “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo”.


3. ¿Le pides a Dios en oración para que se haga tu voluntad o la de Él? 1 Juan 5:14 TLA: “Confiamos en Dios, pues sabemos que él nos oye, si le pedimos algo que a él le agrada”.


4. ¿Oras con una fe verdadera? Marcos 11:23-24 TLA: “Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido”.

5 ¿Tienes un diálogo sincero con Dios? Mateo 6:7 TLA: “Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso”.

6. ¿Tienes una verdadera intimidad y reverencia al momento de orar? Mateo 6:6 TLA: “Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto”.


En mi caso, muchas de las respuestas a estas preguntas están llenas de falencias, dudas, de malas prácticas, y confrontado con la palabra de falta de fe. El llamado desde este momento para nosotros como cristianos, es a apropiarnos de la oración, darle la importancia que tiene como canal directo para comunicarnos con el Rey del Universo y de resignificar que, a través de su infinita misericordia podemos entrar al lugar Secreto, el único lugar donde encontraremos todas las respuestas para nuestra vida.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (GJ) #MimetaesOrar

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