El Deber de un Padre
2 de Samuel 12:16-17 David rogó a Dios por el niño; y ayunó, y fue y pasó la noche acostado en el suelo.  Y los ancianos de su casa se pusieron a su lado para levantarlo del suelo, más él no quiso, y no comió pan con ellos.
 
Este pasaje además de ser muy conocido y estudiado, es impactante y doloroso; vemos a David gimiendo en el suelo con ruego y ayuno a Jehová por la vida de su primer hijo con Betsabé, criatura sobre la cual recayó la consecuencia de su pecado de adulterio y homicidio, pues al séptimo día de murió. Es interesante que a pesar de que David conocía que había sentencia de muerte sobre su bebe, en razón al juicio de Dios por su grave pecado, él desesperadamente clamó por su vida, reconociendo su responsabilidad como padre de cubrirlo.
 
Si bien es cierto que esta historia no es nada alentadora, quiero detenerme en esta verdad, los niños son realmente vulnerables, los que somos Padres tenemos que reconocer y entender que cada uno de nuestros actos los afectan positiva o negativamente, que ellos son quienes absorben el ambiente que les proporcionamos, sea de santidad o de pecado,  este lamentable momento en la vida de David le ocasionó el mas grande dolor que puede sentir una persona, la muerte de su hijo.
 
Por otro lado, la conciencia de esa vulnerabilidad espiritual y terrenal nos debe llevar a mantener una vida de clamor permanente, no solamente en circunstancias extremas, sino a levantar con nuestra oración un ambiente de protección divina que los acompañe a donde quiera que vayan, ese es nuestro deber.
 
Finalmente, como padre que soy, le suplico al Señor Jesucristo que nos ayude a todos como padres (espirituales y terrenales) a vivir en el entendimiento de esta realidad, que podamos legar siempre vida y jamás muerte al fruto de nuestra simiente; que cada acto que realizamos este meditado en Dios a fin de ser la cobertura que nuestras generaciones necesitan.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio.

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