El Dios que Sustenta, te Provee
Lucas 12: 22-23 RRV 1960: “Dijo luego a sus discípulos: Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, que comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. (23) La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.

Esta Palabra es una de mis preferidas, porque es la promesa que Dios me da para cada día, todo cuanto necesites, sabiendo que es un Padre que sabe de qué tenemos necesidad, para saciarnos y sustentarnos.  Este buen Dios es nuestra eterna provisión no solamente en el área física sino también en el área espiritual, Dios siempre ha sido y será Nuestro Jehová Jireh, nuestro Proveedor.

Siempre se nos habla del afán y la ansiedad porque es algo que nos roba la paz, si entramos por esa puerta de la angustia, que llevan a una persona a la ansiedad, entonces no tenemos control y ésta revienta todo; porque se hacen malos negocios y se toman las peores decisiones de la vida, porque la ansiedad no permite que se coordine lo que se dice y lo que se hace. No solamente permaneces en ansiedad, sino que también con ella vienen la incertidumbre y la duda, hasta que llegamos a la incredulidad, y allí se bloquea nuestra relación con Dios y con su Palabra.

En estas condiciones se rompe cualquier posibilidad de tener una esperanza, te sientes totalmente desprotegido, expuesto y adicionalmente, viene otro elemento que es el miedo, éste genera pánico y tras él viene un tercero, la fobia. Los anteriores serían los factores externos, pero no queda solo allí, afloran los factores internos, empiezas a mostrar ira dentro de la casa, con tu familia,  en el trabajo y todas las personas que te rodean sienten la descarga de la ira a todo nivel; ya se adiciona el odio y así se va minando nuestra vida, por un estado de ansiedad que robo la paz, perdimos el control porque dejamos contaminar nuestro corazón con el afán y la ansiedad; todo por las cosas materiales que nos faltan, pero que hacen mella en nuestra vida espiritual, empezamos a perder todo lo que hemos conquistado hasta aquí.

Son cosas elementales a las que le damos cabida y ellas nos llevan paso a paso en detrimento del espíritu, empezamos a decaer, por dejarnos contaminar el corazón de situaciones, que para nada nos edifican, debemos atender el manual de vida, donde están todas las promesas, para a diario reclamarlas en oración, y las vivamos a plenitud.  

Como podemos darnos cuenta, esta situación es como una tela de arañas que el enemigo quiere tejer en contra nuestra, para vernos enredados en distractores, luego nos cuesta salir de allí.  Por tanto, acudamos al Señor para ser confortados por Su Espíritu, sentir su dulce compañía, y si es uno de esos desiertos que pasamos, para salir de allí empoderados, porque solo con El Señor los podremos pasar.

Mis amados en las Escrituras tenemos muchas promesas de provisión que nos animan, porque Dios bendecirá nuestro pan y nuestras aguas y no permitirá que haya nadie enfermo en medio de nuestra casa. En la provisión del Señor hay salud para tu cuerpo, él es tu sanador y tu cuerpo puede ser sanado en esta misma hora. Él es El Dios que sana y que provee a todos los que tenemos necesidad, recordemos que Papá, es un Dios que todo lo puede suplir.

Salmos 132: 15:“Bendeciré abundantemente tu provisión, a sus pobres saciare de pan”. ¿Sabes donde esta la provisión tuya y mía?, está en nuestras manos, cuando laboras hay una provisión a tu favor. Dios tiene un container lleno de todo lo que necesitamos, no permitamos que las necesidades nos desenfoquen del propósito, cuando Dios nos está diciendo que Él tiene toda la provisión para cada uno de nosotros.

Devocionales, refúgiate en su Palabra Casa de Refugio. (LN)

Leave a Reply

Your email address will not be published.