“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” Efesios 6:12 RVR1960
La Palabra de Dios en Joel 2:28 dice: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” es un privilegio indescriptible para la Iglesia de Cristo ser los beneficiarios de este derramamiento sin limites del poder del Espíritu Santo; también es una responsabilidad ineludible entender que tal equipamiento tiene como propósito dotar al creyente de lo necesario para librar la batalla de la fe como corresponde, con las armas espirituales.
En medio del caos en que parece sumergirse nuestra nación, he podido evidenciar como por la misericordia del Señor su pueblo está siendo llamado a despertar en el Espíritu Santo como nunca, para poder discernir lo que está sucediendo en las regiones celestes.
Lo afirmo con certeza, pues por la gracia de Dios tuve en la presente semana la siguiente visión: me vi a mi mismo transformado en uno de muchos soldados de Dios, ejercito que avanzaba hacía la defensa y reconquista de nuestro territorio, teníamos para nuestra protección un escudo y una espada que ardían en fuego, en una llamarada que indudablemente provenía del Espíritu Santo; en el escuadrón me acompañaban desconocidos y guerreros de la Palabra que amo y admiro; avanzábamos como onda en el agua, yo marchaba en el anillo externo de seguridad enfrentando una turba enaltecida que nos atacaba a palo y piedra; pero no nos enfocábamos en las personas, sino que con la espada heríamos y mutilábamos huestes demoniacas, fue en ese momento en que algo captó mucho más mi atención, cada vez que despavoridos y rechinando huían los enemigos, aquellas personas que luchaban contra nosotros dejaban de hacerlo y se incorporaban a nuestro ejército, ¡que glorioso! no solo tienen que huir los enemigos, sino que de inmediato son despojados por Cristo Jesús, y aquellos que un día fueron usados por el enemigo, ahora son instrumentos poderosos en manos del Dios vivo. Allí comprendí a un nivel antes desconocido, la verdad: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
Amados, es la hora de asumir la investidura espiritual con la cual hemos sido honrados, nuestra visión no puede ser la visión natural de aquellos que no son templo del Espíritu Santo, si como creyentes comprendemos definitivamente que la batalla personal y nacional no se libra desde este plano natural, y que por eso el Señor nos dotó de sus armas y poder celestial, podremos sintonizarnos con Él y ser siervos verdaderamente útiles en la obra. Levantémonos pues a luchar contra todo principado, potestad y gobernador de las tinieblas que ha pretendido enseñorearse de nuestro ser, nuestra familia, nuestra sociedad; pues nuestro Rey ha prometido despojar a nuestros enemigos y restituir para su gloria todo nuestro territorio.
Tiempo de hablar con Dios: Amado Padre, hoy te pedimos perdón por la falta de conciencia de nuestro rol como creyentes, por no haber servido en las filas de tu ejercito como hemos sido llamados, te suplicamos que nos des de tu gracia para cumplir nuestra misión en valentía y obediencia, a fin de que la tierra se llene de tu gloria y tu salvación sea la bandera sobre nuestras vidas y la vida de esta nación. Amen.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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