Podemos pensar que hay muchas cosas que nos diferencian del mundo al llamarnos hijos de Dios, algunos dirán que la forma de hablar, también que no celebramos algunas fiestas que para el mundo son normales, la manera de criar a los hijos; algunos otros dirán que la manera de vestirnos u otros temas externos.
Pero cuando leo esta porción del libro de Romanos, entiendo nuevamente que todo esto es resultado de lo verdaderamente importante para quienes nos decimos cristianos, la diferencia está en el lugar de nuestra fe. ¿En qué radica nuestra fe? ¿Dónde esta nuestra fe? Es allí y solo allí dónde esta la diferencia; porque todo lo demás es vanidad y solo genera división.
La palabra es muy clara con el ejemplo de Abraham, porque fue un hombre que creyó en lo dicho por Dios, esperanza contra esperanza; no fue la forma como hablaba, dónde se congregaba, en qué país vivía o quienes eran sus amigos, con esto no quiero decir que no sea importante porque estaría contradiciendo todo; sino que sigue siendo secundario.
Por tanto, la piedra angular de los hijos de Dios es tener claridad en qué creemos de manera vehemente y tener la firmeza del lugar de nuestra fe. Abraham se equivocó y la palabra lo dejó escrito, porque era igual a nosotros; pero lo que hizo la diferencia es la claridad del lugar donde estaba su fe.
¿Creemos solo si pasan cosas? ¿Creemos si viene alguien y nos ayuda? ¿Solo su palabra no nos basta? Sé que es difícil, yo lo vivo a diario, seguro que Gedeón cuando pidió a Jehová confirmación de su compañía por medio de la lluvia nos contaría su historia. Pero le ruego a Dios que nos fortalezca, para que podamos creer esperanza contra esperanza y, además, demos gloria a Dios por eso. Que nos de ese convencimiento pleno que él quién da vida a lo muerto no falla y que podemos llamar las cosas que no son como si fueran. Especialmente, que podemos seguir creyendo porque no quedaremos en vergüenza. Ninguna de las palabras que habló sobre Abraham cayeron en tierra, las suyas y las mías tampoco. Creo que vamos a creer como él creyó. ¡En el nombre de Jesús! Amén
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
#MimetaesCreer
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