El Gozo del Perdón
Salmos 32:1-11 NBLA: “¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, Cuyo pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño! Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día. Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah) Te manifesté mi pecado, Y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis transgresiones al Señor»; Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah) Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él. Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah) Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti. No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos, Porque si no, no se acercan a ti. Muchos son los dolores del impío, Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará. Alégrense en el Señor y regocíjense, justos; Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón.”
 
Salmos 32 nos habla de la bendición del perdón de Dios. Este capítulo es llamado Másquil; es decir, un salmo de instrucción. David registra la confesión de su pecado y la disposición de Dios para recibir siempre a aquel que se arrepiente de corazón y darle la bendición de su completa restauración.
 
El salmo inicia con una bienaventuranza, la cual expresa felicidad y dicha por obtener el perdón del Señor, la versión NTV nos dice: “¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado!¡qué alegría para aquellos a quienes el Señor les borró la culpa!”
 
El apóstol Pablo utilizó estos versos para describir la felicidad del ser humano cuyos pecados son perdonados por la gracia de Dios, no por sus esfuerzos para cumplir con las obras de la ley. Romanos 4: 4-6 nos dice: “Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores. David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo”.
 
El perdón nos llega a todos como una bendición. El perdón del Señor borra todos nuestros pecados y rebeldías. Él nos declara inocentes a través de la obra redentora de Jesucristo, quien pagó el precio del pecado en la cruz. Al confesar nuestro pecado, sin ocultar nuestra maldad y reconociendo además nuestra rebeldía frente a DIOS, Él que es Fiel y Justo nos perdona. 2da de Corintios 5:19 nos habla acerca de la obra redentora de Cristo, dice: “es decir, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con Él mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación”.

Este mes nuestra meta es perdonar. Pidamos al Señor que nos ayude a dar el regalo del perdón como él lo ha hecho con nosotros; confiemos en el Señor y su misericordia nos rodeará. Alegrémonos en él y regocijémonos, porque él nos ha justificado.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG)
#MimetaesPerdonar

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