El Hábito de Aislarse

El Hábito de Aislarse

Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, Jesús salió y fue a un lugar solitario, y allí oraba.” (Marcos 1:35 NBLA)

La tendencia hacia un mundo globalizado hace cada vez más difícil la oportunidad de desconectarnos. Hoy en día tenemos la facilidad de trabajar desde casa, sumado a la compañía de la familia, los niños, la conexión entre amigos, redes sociales, chats, entre tantas cosas, se convierten no sólo en impedimentos para tener tiempos de intimidad, sino factores de agotamiento que llegan a estresar al alma.

Jesús tenía como hábito aislarse momentáneamente o por algún periodo de tiempo, su propósito al retirarse del ruido y las demandas cotidianas era pasar tiempo con El Padre para recargar las baterías emocionales y espirituales. En lo personal, las aglomeraciones de personas me generan estrés, me molestan y me hacen sentir muy incómoda, no imagino un día de rutina de milagros de Jesús, multitudes a su alrededor gritando todo el tiempo: ¡maestro, sáname! ¡Rabí, enséñame! ¡Jesús sálvame! ¡ayúdame! ¡tócame! ¡hazlo! ¡dime! ¡Tengo hambre!, etc… Si Jesús, siendo hombre y el Hijo de Dios, necesitó aislarse, ¿cuánto más nosotros? Veamos las razones y qué debemos tener en cuenta para seguir su ejemplo.

Para escuchar al Padre con más claridad. Hay momentos en los que necesitamos tener claridad de la instrucción de Dios, recordemos que el mundo y su bullicio ahogan nuestra capacidad de decidir y ver con claridad lo que realmente sucede y necesitamos. En ocasiones, no entendemos la situación de dolor por la que pasamos y realmente necesitamos escuchar con claridad al Padre para recibir consuelo y fortaleza, Jesús lo experimentó en Getsemaní y tres veces se apartó para estar a solas con el Padre (Mateo 2:36-46).

Para recargarse espiritual y emocionalmente. Hay días en los que todas las noticias nos agotan, la carga laboral, tener amigos y familiares en enfermedad, el estar batallando en el campo de batalla no sólo desgasta nuestra armadura sino también nuestro interior. ¿Te imaginas con cuántas cosas lidiaba a diario Jesús? Y, aun así, el buscó momentos para recargarse en soledad, a veces el único momento es mientras otros duermen, así lo vemos en nuestro pasaje de hoy, Jesús lo hacía muy de mañana y hoy nos invita: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28) El cansancio nos hace vulnerables a la tentación, necesitamos escoger una hora y un lugar específico para tener una cita diaria con Dios.

Para tener una perspectiva correcta. Jesús sufrió fuertes cargas de presión, la multitud lo presionaba para actuar conforme a sus necesidades, el pueblo sufría por el sistema de este mundo, pero Jesús se apartaba para darse un respiro y recibir el enfoque correcto de parte de Dios para su ministerio. “Como Jesús entendió que iban a venir para tomarle por la fuerza y hacerle rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.” (Juan 6:15). Si él necesitaba enfocarse, cuánto más nosotros para no salirnos de Su propósito.

Para aprender a pelear la batalla espiritual. En la tentación de Jesús, mientras Satanás lo atacaba, él aprendía privadamente cómo lidiar con su enemigo número uno (Mateo 4:1-11). Es inevitable que tengamos ataques, somos blanco del enemigo que busca destruirnos, pero nuestras más grandes victorias muchas veces se ganan en los tiempos de aislamiento con Dios, por eso necesitamos la biblia, un cuaderno, un esfero y la disciplina para enfocarnos en escuchar la voz de Dios, el celular no nos será nada útil.

Es necesario discernir el momento preciso en el que debemos aislarnos y hacerlo por nuestro bien. Jesús nos enseña que hacerlo bajo su dirección y con un propósito específico es saludable física, emocional y espiritualmente.

2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR). Basado el libro, Lo Hábitos de Jesús (Jay Dennis)

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