EL INSUMO DE NUESTRA CONSTRUCCION

EL INSUMO DE NUESTRA CONSTRUCCION

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro” (1 de Corintios 10:23-24)

La palabra de Dios utiliza innumerables símiles a fin de que el lector pueda comprender sus verdades y encontrarles la aplicación práctica en su vida individual. Este pasaje, el cual fue escrito por el Apóstol Pablo, de nuevo utiliza la figura del edificio para que comprendamos que somos obreros de Dios en la construcción de su casa, de su iglesia, que somos nosotros.

El Apóstol está prácticamente respondiendo un cuestionario a la Iglesia de Corinto, ellos tienen tantas preguntas respecto a las decisiones que debe tomar en la cotidianidad el Cristiano, que esta epístola viene a convertirse en un manual por excelencia, al instruir de manera explícita sobre cuál debe ser el actuar del creyente en diferentes circunstancias. Específicamente, en los versículos que anteceden a este pasaje, el Apóstol aclara si los Cristianos pueden comer o no de la carne que vendían en la carnicería de Corinto, pues por lo general tales animales habían sido objeto de sacrificio y culto a dioses falsos por parte de los incrédulos. El Apóstol aclara que comer o no comer de esa carne no es el punto relevante, porque todo aquel que es de Cristo, le pertenece, y de Él son todas las cosas; de tal manera que orando, dando gracias y consagrando a Jesús el alimento, éste es santificado; sin embargo, el meollo aquí no es nuestra conciencia, sino la conciencia del incrédulo, que al verse comiendo con un creyente lo sacrificado a los ídolos, asume que éste comparte su culto idolatra  y su conocimiento de la verdad del Evangelio, que presenta a JESUS como único Señor y Salvador, es velado.

Como consecuencia de lo anterior, el Apóstol concluye que hay decisiones en la vida del Cristiano que deben tomarse, no solo teniendo en cuenta si se trata de un pecado o no, es decir, si son licitas o no, sino que también debemos considerar que sean provechosas en la edificación de nuestra propia vida y la vida de quienes nos rodean.  

Amados,  hay muchas acciones que se enmarcan dentro de la legalidad, incluso dentro de lo autorizado en la biblia, pero que por la circunstancia especifica no son de provecho,  no aportan a la “ construcción” del propósito de Dios en nuestra vida, es un insumo de mala calidad que generará falta de solidez a nuestro testimonio; así lo aclara el Apóstol cuando dice: “Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?” (1 de corintios 8:8-10)

Nuestro Señor nos está llamando no solo a hacer lo bueno, sino lo mejor; es tiempo de vivir no solo en función de nosotros, sino en función de lo edificante para nuestros semejantes, hoy la biblia nos enseña que vale la pena abstenerse y negarse por amor al otro. 

¡Iglesia! ¡A partir de hoy usemos solo insumo certificado en la construcción de nuestra vida! Cada acción, cada pensamiento, debe materializarse solo si responde de manera positiva a estas dos preguntas: ¿Edifica el propósito de Dios? ¿Da gloria a Dios?; con este sello de calidad, podremos saber que nuestra casa esta cimentada sobre la roca, que hemos sobreedificado conforme al plan de Dios y por tanto su promesa de no ser jamás conmovidos ya es un hecho en nuestra vida y la vida de nuestra familia.

Casa de Refugio, estamos en la era de hacer lo mejor, despide todo lo que no edifica tu vida en Cristo, e introdúcete en el tiempo de la Libertad total en Cristo JESUS.

Pastora Lorena Cerchiaro CDR

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