El Legado del Hijo

Juan 5:19-28 LBLA: “Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera. Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que Él mismo hace; y obras mayores que estas le mostrará, para que os admiréis. Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que Él quiere. Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo, para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida. En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo; y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre.”

“En verdad, en verdad os digo” o como vemos en otras versiones “de cierto, de cierto os digo, son palabras que en tiempos bíblicos se utilizaban para llamar la atención de la audiencia, indicando no sólo que se hablaría de una profunda verdad, sino que también habría plena certeza del cumplimiento de lo que iban a escuchar.

El evangelio de Juan nos muestra a Jesús como Hijo de Dios, revelando la perfecta y amorosa relación familiar con el Padre, su obediencia y sometimiento, pero también su autoridad como Dios. Su ejemplo nos enseña, cuánto más nosotros como creyentes y como hijos adoptados por el Padre, necesitamos estar en intimidad con él, para conocer y entender su paternidad y la necesidad de vivir en santidad.

Sin embargo, la trascendencia del ejemplo de Jesús nos lleva más allá. Dice la palabra “todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera”. Evocando la importancia del legado cimentado en un buen ejemplo. Es nuestro deber continuar con el legado de nuestro Hermano Mayor y buscar mayor intimidad con nuestro Padre, pero también esto aplica para todas las facetas de la vida, como padres, hermanos, amigos, empleados y como seres humanos.

Ahora, “el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que Él mismo hace”. Una relación de confianza está cimentada en el respeto y la obediencia. Un padre que es honrado por su hijo tiene la libertad de contarle sus planes y abrirle su corazón. Muchas veces nos quejamos porque no escuchamos la voz de Dios, porque no sabemos cuál es su voluntad, la pregunta sería ¿cómo está nuestra relación con Dios?, si hay cimientos de honra a través de nuestra obediencia, es imposible que Dios, como nuestro Padre, no nos hable.

Todas las palabras que Jesús dijo tenían un objetivo, no precisamente revolucionar el mundo político de aquel entonces, pero sí la mente y el corazón de todas las personas, al traerlos de vuelta a la verdadera identidad como hijos, a la paternidad de Dios, el punto de partida para toda nuestra vida.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (PG)

#mimetaescomprender

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