Rut 1:11-17 RVR1960 “Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella. Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos”
El preámbulo de este pasaje bíblico trata de una familia conformada por Elimelec y su esposa Noemí, junto con sus dos hijos; relata la Palabra de Dios que ellos se establecieron en Moab y estando allí, muere el padre y sus dos hijos que ya se habían desposado estos dos últimos con moabitas de la región llamadas: Orfa y Rut, jóvenes viudas quienes según la tradición podrían volverse a desposar con algún hermano del difunto esposo pero ya no quedaba ninguno y Noemí ya se hallaba vieja para concebir un nuevo hijo que cumpliera esta función, así que la suegra Noemí decidió regresar a Belén de Judá, dándole la oportunidad a sus nueras a que rehiciesen nuevamente sus vidas en Moab. Orfa lo pensó, pero decidió despedirla con un beso volviendo a las comodidades que tenían en tierras Moabitas, en cambio Rut decidió regresar con su suegra a Belén aguantando toda clase de vituperios, decidió enfrentar la adversidad por amor a Dios renunciando a todo por Él, inmortalizando su nombre en el libro de las Escrituras y lo más valioso entrando a la genealogía del Salvador del mundo. Por el contrario, el destino de Orfa no lo conocemos, aquella que despidió con un beso a su suegra para volverse a sus antiguos dioses, se desvaneció en la historia.
Hemos de sufrir pérdidas terrenales a causa de nuestro Dios, pero debemos permanecer haciendo lo bueno, lo que para el mundo es ridículo y tonto, a los ojos de nuestro Padre Celestial es de incalculable valor. Rut se separó de su tierra, cultura, dioses, familia, para seguir al Dios de su Suegra y cuidar de ella, sin duda eso debió ser motivo de crítica y menosprecio en medio del pueblo Moabita, sin embargo, ella pagó el precio con gozo, y su inimaginable recompensa no faltaría por parte del único Dios verdadero, el Dios de Noemí. Recordemos, todo aquel que cuida lo que Dios ama está dedicando su vida a Cristo, y por tanto, se casa con la historia, pues su legado permanecerá para gloria del Rey de Reyes. Mateo 25:40 “El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos mas humildes, por mi mismo lo hicieron”
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