“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2:16 RVR1960).
El nombre de diablo significa: el que acusa y ésta es una de las estrategias más fuertes que el adversario utiliza para doblegar la voluntad de las personas. Todos nosotros estamos en una constante guerra espiritual, nuestro enemigo tiene nombre, se llama Satanás, Diablo, Lucifer, el Padre de la Mentira, su principal victoria es hacernos creer que no existe. Su odio hacia nosotros, es real, nos odia porque conocemos la verdad y hará todo lo que esté a su alcance por vernos derrotados. Por eso vino a este mundo a matar, robar y destruir porque es estratégico, poderoso, ataca sin piedad y es el rey de la manipulación, no se rinde ni descansa y su ejército de demonios es el encargado de asediarnos con el único objetivo de hacernos caer en la desgracia.
“Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales”. (Efesios 6:11-12)
Cristo está en ti y en mí, revestirnos con su armadura poderosa la cual nos dará fuerza para seguir hacia adelante, los problemas que hoy enfrentamos, aquello que nos ha venido robando la paz, que nos esclaviza a una vida de tristeza, enfermedad o preocupación, no podrá separarnos del amor verdadero, ese amor que aún en medio de nuestras constantes fallas, sigue otorgándonos un voto de confianza.
Queridos Hermanos, aquí es donde debemos parar y recordarnos a nosotros mismos que no tenemos por qué ser rehenes o estar sujetos a los planes de Satanás. El poder del enemigo es NADA en comparación con las promesas liberadoras de Dios, por eso nos dice en la palabra “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)
Liberémonos de la negatividad y escuchemos la única voz que importa, enfrentémonos al adversario y corramos hacia la batalla, no nos dejemos intimidar por la oscuridad y la desesperación, el Señor Todopoderoso peleará por ti y por mí, somos guerreros y vencedores en Cristo Jesús. Él ya libró la batalla por nosotros y la venció en la cruz, somos triunfadores en Cristo y nos llenamos de la fuerza y autoridad que Él en su amor nos ha dado.
Tiempo de Hablar con Dios:Padre Eterno, gracias por la obra redentora en la Cruz del Calvario. Gracias porque allí Tu Hijo Jesús canceló todos los argumentos y planes que el enemigo tenía en mi contra, gracias porque restituiste tu protección, tu bendición y prosperidad en mi vida; Gracias por tu Sangre, porque estoy blindado y protegido por ella. En el Nombre de Cristo Jesús, ¡Amén!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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