“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 de Corintios 15:10 RVR1960)
El inicio del año 2021 nos ha marcado una ruta clara en la Iglesia Cristiana Casa de Refugio y considero que como nunca antes, cada uno de nosotros debe tomarse en serio el rol de hijos de Dios, de hermanos en la fe y de siervos de Jesucristo, pues dadas las circunstancias adversas que azotan al mundo; la búsqueda y ejecución del propósito divino se hace urgente y es allí es donde cobra mayor relevancia el maravilloso concepto que las escrituras denominan: la gracia de Dios.
Coinciden los eruditos en la Palabra de Dios en definir la gracia de Dios como el favor Divino que viene a nosotros inmerecidamente, esto significa que no hemos hecho ni podremos hacer jamás el mérito suficiente para obtener de Dios salvación, sanidad, paz y en general cada una de sus buenas dadivas con las que somos bañados cada día y que solo hallan su origen en el amor que el único Dios verdadero manifestó en la cruz del calvario y que está dispuesto para todo aquel que cree en Jesucristo.
Ahora, hay un aspecto de la gracia de Dios en la que necesitamos crecer de manera apresurada en este tiempo, puesto que también el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas es derramado por esa gracia celestial desbordante, y es el anhelo de Dios es que fluyamos en el poder extraordinario de su unción para vencer nuestras debilidades y seamos llamas ardientes en las que resplandezca el Perdón, la Bondad y la Compasión que hemos recibido del Padre Celestial, para salvación y liberación de todos los que están a nuestro alrededor.
Amados, demostremos que la gracia de Dios no ha sido en vano en nosotros, seamos prontos para perdonar, seamos eternos en Bondad y Compasión; reflejemos con nuestro servicio genuino a Cristo su sublime gracia y contrastemos con lo que representa el sistema del mundo: rencor, maldad y egoísmo. Trabajemos como nunca antes, trabajemos mas que todos, pero siendo conscientes, como el Apóstol Pablo que no somos nosotros, sino la gracia de Dios que habita en nosotros y entendiendo que cada día nos es derramada la porción que necesitamos, Juan 1:16 “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Bebamos diariamente de su manantial de agua viva, pues solo Jesús nos puede impregnar de la arrolladora fuerza de la gracia, la cual como corriente impetuosa, desemboca en el rio de salvación y sanidad para el mundo.
Danos tu gracia de la cual necesitamos tanto, te lo pedimos Señor. Amén.
2021 Año de Su Propósito – Casa de Refugio (FJCG)
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