Este es un hermoso y poderoso llamado a la alabanza y adoración, pero recordemos que la alabanza no es solo palabras, canciones o expresión de gratitud, es una actitud del corazón que reconoce y celebra la grandeza de Dios en cada aspecto de nuestra vida; y que además lleva consigo un propósito transformador, ya que ella tiene el poder de cambiar nuestro enfoque, renovar nuestra perspectiva y fortalecer nuestra fe en Él. A través de la alabanza, experimentamos la grandiosa presencia de Dios y somos transformados a imagen de su hijo JESUS.
Cuando dirigimos nuestra alabanza a Dios, reconocemos su soberanía y su amor en medio de nuestras circunstancias, ella nos libera del peso de la preocupación y nos recuerda que nuestro Padre celestial tiene el control.
A medida que alabamos a Dios, nuestros corazones se llenan de esperanza y gozo, incluso en medio de las dificultades, ya que es en esos momentos donde con más fuerzas debemos alabarle porque cuando nos sumergimos en la alabanza, nuestros ojos y pensamientos se desvían de nuestros problemas y se fijan en la majestuosidad de Aquel que nos creó. Acerquémonos siempre a Dios con una actitud humilde y adoradora, dispuestos a escuchar su voz y obedecer su voluntad, aunque no entendamos el porqué, o vaya en dirección opuesta a nuestros ideales.
Además, cada vez que alabamos, recordaremos las veces que Dios ha sido fiel en el pasado, lo cual fortalecerá nuestra fe en que Él seguirá siendo fiel no solo en el presente sino también en el futuro. Nuestra confianza en Dios se fortalece al meditar cuan bondadoso y misericordioso ha sido a lo largo de los años. Es por eso, por lo que la alabanza tiene un propósito transformador en nuestras vidas, nos acerca más a Dios, fortalece nuestra fe y crea fuertes lazos en esta comunidad de quienes creemos que hay un Dios maravilloso que todo lo hace posible.
Queridos amigos y hermanos en fe recuerden siempre que la alabanza es una de las armas más poderosas que tenemos, por supuesto la mayor es la oración, pero a través de la alabanza, experimentamos el poder y la presencia de Dios, y somos moldeados a la semejanza de Cristo. Hoy los invito a que no importa lo que estemos atravesando o que tan lúgubre sea el panorama que tenemos en frente, NO DEJEMOS DE ALABARLO, QUE NUESTRA VIDA SEA UNA CONSTANTE ALABANZA A NUESTRO PADRE CELESTIAL, reconociendo su grandeza en cada respiración que tomamos, ya que esta es un regalo maravilloso de quien nos creó.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KGD)
#MiMetaEsAlabar
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