Amados confieso que me costó elegir un solo versículo de esta porción maravillosa de la Palabra contenida en los Capítulos 21 y 22 del libro de las Revelaciones, pues leyéndolos y releyéndolos me maravillé de lo que nos espera a los que amamos y creemos en Cristo cuando El venga, entonces, elegí el versículo 5 del capítulo 21 para este devocional, porque habla de un nuevo comienzo, donde Dios va a hacer todo nuevo.
Me cuestioné ¿Cuántas veces he querido tener la oportunidad de volver a hacer las cosas de otra manera diferente a cómo lo hice que en el pasado? Tal vez de reparar algo que dañé, o de hacer un trabajo de otra manera, o de sostener una conversación de una forma diferente a como la afronté en determinado momento o de no tomar esta o aquella decisión que cambió mi vida, o de haber callado cuando hablé mucho o de haber hablado cuando algo era injusto y callé, en fin, tantas cosas que pude hacer de forma diferente, pero como mortal no tengo la capacidad de cambiar las circunstancias.
Pero nuestro Dios si, la revelación contenida en la Palabra nos asegura que se trata de un nuevo comienzo donde Dios va a hacer todo nuevo. Los creyentes estaremos con cuerpos glorificados, libres de todas las consecuencias de nuestro pecado, de todas esas decisiones que no pudimos cambiar; Satanás ya no estará presente nunca más para tentarnos; y lo más importante, Dios mismo morará con nosotros en plena comunión. «Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.» (Apocalipsis 21:3)
Comprendí que mi capacidad limitada solo da para pensar como debí haber hecho las cosas de otra manera, pero el Poder de Dios no es solo para restaurar, renovar o volver las cosas atrás para darnos otra oportunidad, NO, es para hacer una nueva creación como lo dijo Pedro: «Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.» 2 de Pedro 3:13. El Señor Jesucristo nos promete que va a preparar un nuevo universo para los que le amamos: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» 2 de Corintios 5:17
Y medité entonces en el estado del mundo y entendí porque es necesario vivir tantos procesos previos a recibir de esta hermosa bendición de morar con Dios, en este mundo actual no hay nada que pueda satisfacer plenamente al creyente. Sin embargo, a veces en la prueba parece que muchos quedamos atrapados en las exigencias del mundo que falsamente nos promete satisfacción inmediata a cambio de olvidarse de las auténticas bendiciones de Dios que son eternas.
La única manera de librarse de esta mundanalidad es volver a mirar las maravillas del cielo que nos son expuestas en estos capítulos de Apocalipsis, como lo dice también Filipenses 3:20 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” y haciendo caso puntual de lo que dice Colosenses 3:2 “poniendo la mirada en las cosas de arriba no en las de la tierra”
Tener puesta la vista en el cielo ejercerá una poderosa influencia en nuestras vidas; nos hará considerar las cosas de este mundo caído como lo que realmente son; nos traerá gozo y consuelo en las pruebas; nos animará a servir al Señor en medio de las dificultades, sabiendo que Él nos recompensará generosamente en el cielo.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (OLAM)
Leave a Reply