El Verdadero Amor y Cuidado de un Padre
Isaías 49: 15-16 NVI: “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.”
 
Este pasaje nos habla de una promesa de protección y cuidado, por eso Dios asegura a su pueblo que los tiene grabados en la palma de sus manos, simbolizando un cuidado constante y una protección inquebrantable. La imagen de las murallas de Jerusalén siempre presentes en la mente de Dios, nos recuerdan que Él nunca olvida a su pueblo, ni su historia, ni su destino.

Mensaje de esperanza y consuelo en momentos de dificultad. Podemos encontrar paz y fortaleza en la promesa de Dios de que nunca nos abandonará. Su amor es un faro que nos ayuda en la oscuridad, un ancla que nos mantiene firmes en medio de la tempestad.

El amor de Dios es incondicional, como el de una madre por su hijo; su amor no depende de nuestras acciones o méritos, sino de su propia naturaleza. Él nos ama simplemente porque somos sus hijos, nunca nos abandona, ni siquiera en los momentos más difíciles. Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza.

La realidad es que las madres, aunque pueden experimentar momentos de estrés o dificultades, raramente olvidan a sus hijos. El amor maternal es un vínculo profundo e instintivo.

A veces, en medio de la tormenta de la vida, podemos sentirnos olvidados, perdidos en la inmensidad de nuestros problemas. Sin embargo, Isaías 49:15 nos recuerda que somos siempre valiosos para Dios, incluso cuando nuestras circunstancias nos hacen dudar. Su amor no conoce límites ni condiciones; es una presencia constante que nos abraza en nuestro dolor y nos sostiene en nuestra debilidad. Al enfrentarnos a la vulnerabilidad, podemos encontrar en esta promesa divina la esperanza que nos permite continuar, sabiendo que nunca seremos abandonados.

Cuando entiendes profundamente este amor de Dios para ti, puedes seguir adelante con gozo sin importar qué tipo de dificultad enfrentarás en tu vida. No olvides que debemos vivir con la confianza de que nuestro Padre nos ama, creer que hay un propósito en nuestras dificultades y tener gozo en la verdad de que Él nos salvó sin importar qué tipo de dificultades enfrentaremos.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (JRR)

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